La película Emilia Pérez, dirigida por el cineasta francés Jacques Audiard, ha generado una polémica significativa en México.
Aunque aborda temas profundamente enraizados en la sociedad mexicana, como la violencia y las desapariciones, ha recibido muchas críticas.
Algunos de los argumentos en contra son que el filme no fue grabado en México, que fue dirigido por un extranjero, y que cuenta con pocos actores mexicanos.
Este debate es un buen ejemplo de la tensión constante entre la apropiación cultural y la universalidad de los problemas humanos.
La polémica sobre Emilia Pérez plantea una cuestión más profunda: ¿pertenece el arte que representa un tema específico únicamente a las personas o culturas directamente involucradas?
Los problemas como la violencia, la desigualdad y la violación de derechos humanos trascienden fronteras.
Sin embargo, el debate sobre la autoría y la autenticidad cultural sugiere que aún hay una resistencia significativa a aceptar que los problemas sociales son, ante todo, universales y no exclusivos de un país.
La crítica hacia Emilia Pérez por su falta de "mexicanidad" en su producción es una oportunidad para reflexionar sobre cómo entendemos los problemas sociales y quién tiene derecho a representarlos.
La realidad y los derechos humanos no tienen nacionalidad; todos, por nuestra humanidad compartida, tenemos la responsabilidad de preocuparnos por las injusticias, sin importar de dónde provengan o quién las denuncie.
En este sentido, el arte no debe ser confinado por fronteras nacionales, sino entendido como un medio para visibilizar y reflexionar sobre los problemas que afectan a la humanidad en su conjunto.
Aunque es válido debatir sobre representación y autenticidad, no se debe perder de vista el eje central: la denuncia de problemáticas como las desapariciones o la violencia es válida independientemente de quién la haga o desde dónde se cuente.
Lo que no implica renunciar a un análisis crítico de los enfoques con los que se abordan las problemáticas.
Las historias humanas son universales y limitar su autoría por razones nacionalistas puede restringir su alcance y comprensión global.
IG @davidperezglobal