En las pasadas publicaciones me referí a la disciplina de Morena frente al fuego amigo y en un segundo artículo cuestioné que, ante los acontecimientos recientes, ¿se hará realidad la primera transición de la 4T? En Morena la disciplina se impuso y la Presidenta Sheinbaum ha iniciado su propio juego en el tablero del ajedrez político que se traduce en movimientos estratégicos, como la reciente salida de Pablo Gómez de la UIF, un referente del ala dura del lopezobradorismo.
Movimientos al interior del gobierno de la 4T no serán suficientes si la Presidenta no consolida una fracción parlamentaria leal, con convicción ideológica y experiencia probada en el debate parlamentario que le garanticen perfilar su propio proyecto político.
Lograr lo anterior requerirá de establecer alianzas, pero se tendrá que advertir que no todos los aliados se conducen con el compromiso de cumplir los principios ideológicos de la 4T, a fin de consolidar el proyecto de Sheinbaum. Mientras el Partido Verde desde su fundación ha sido acomodaticio y va con el mejor postor, Morena viene arrastrando desde su fundación su propio ADN, caracterizado por fuego amigo y pugnas internas entre sus tribus y facciones que provocan rupturas al interior de ese partido, mismas que se han acrecentado por los escándalos en que se han visto involucrados algunos de sus dirigentes. Sin embargo habrá que señalar que existen perfiles que se han formado en la lucha social y que no llegaron con la ola obradorista y que hoy merecen espacios estratégicos en el Congreso.
Ante esta coyuntura el PT puede jugar un papel clave, al ser una organización que cuenta con cuadros con arraigo en las causas sociales y con una tradición histórica de la izquierda mexicana, cuya base fue crucial en la formación de la 4T, manteniendo un discurso vinculado al sindicalismo y a las causas históricas del progresismo, por lo que su respaldo a la Presidenta Sheinbaum no es únicamente electoral sino ideológico.
A fin de abordar estos temas me reuní hace unos días en sus oficinas del Senado de la Republica con el Diputado y actual Coordinador de la fracción del PT en el Congreso Federal, Reginaldo Sandoval, cuya experiencia legislativa ha sido clave para impulsar el proyecto presidencial, convirtiéndose en un aliado y operador eficiente, por su disciplina y experiencia parlamentaria.
En mi conversación con Reginaldo Sandoval percibí a un político del ala moderada de la 4T, de trato afable, capacidad de diálogo y habilidad en la negociación que le han permitido construir consensos, incluso en situaciones adversas, destreza ausente en la mayoría de los debates parlamentarios.
En política la forma es fondo, como decía Don Jesús Reyes Heroles. Las piezas no se mueven al azar, por lo que el cambio en la UIF no fue un simple cambio administrativo, sino un movimiento político acertado con el que seguramente, con aliados moderados en un Congreso más alineado a su visión, la Presidenta fortalecerá su margen de maniobra que le permita el inicio de su liderazgo ampliando sus márgenes de negociación.