Si bien cada año, ante las revisiones salariales a los maestros, estos hacen presencia con plantones y marchas en distintas entidades federativas, fue hasta el año 2013, con su resistencia a la reforma educativa impulsada durante el gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, que buscaba evaluar y sancionar a los maestros mediante la aplicación de exámenes y de los resultados que se obtuvieran de estos, que el movimiento logró notoriedad a nivel nacional e internacional.
El empoderamiento de la CNTE en 2013 se debió a la estrategia del ex presidente Peña para terminar con el liderazgo de Elba Esther Gordillo al frente del SNTE, quien amasó una gran fortuna a base del chantaje y control del sistema educativo durante los gobiernos de Peña y Calderón, por lo que se le restó importancia a las demandas de la CNTE.
Su lucha se caracteriza por una agresividad excesiva a través de la realización de bloqueos, plantones y marchas que además de afectar la educación de los alumnos, como en aquella ocasión, cuya suspensión de clases afectó a un millón 300 mil alumnos, además de producirse daños incalculables en el sector económico.
Impulsan la cultura de la ilegalidad, ante lo que el gobierno es omiso en la aplicación de la ley en sancionar delitos que tienen que ver con el libre tránsito, como aquel incidente suscitado en el estado de Michoacán en donde bloquearon durante varios días el tránsito de trasporte terrestre, incluyendo los ferrocarriles.
Aún no se tiene certeza de dónde proviene su financiamiento que le permite sostener movilizaciones y bloqueos durante varios días, medidas que en principio requieren trasladar en transporte público a los docentes de sus lugares de origen hacia CdMx y procurar su alimentación los días que permanecen en los plantones. Su fuerza se centra en los estados de Michoacán, Chiapas, Oaxaca y CdMx, habiendo tenido varios líderes acusados de corrupción, como fue la detención en 2016 de Rubén Núñez, líder de la Sección XXII de Oaxaca, quien con ocho dirigentes más fueron acusados de lavado de dinero y robo agravado.
La CNTE cuenta con 100 mil integrantes, quienes han sido aliados políticos de Morena y de AMLO, a quien apoyaron en distintas campañas políticas, sin embargo, en este gobierno de la presidenta Sheinbaum la relación se ha tensado a partir de la reforma del ISSSTE, por lo que no existe certeza hasta dónde puede llegar este conflicto.
Habrá que recordar aquel incidente suscitado en Oaxaca, siendo gobernador Ulises Ruiz, quien reprimió a la CNTE, suscitándose un enfrentamiento con los policías locales que dejó varios muertos y heridos.
La anterior experiencia refleja la actitud radical y extremadamente violenta de la CNTE, quienes disfrazan su beligerancia con la narrativa de democratizar al país y oponerse a la privatización de la educación, ante lo cual el gobierno de la presidenta Sheinbaum deberá actuar con cautela y llevar a cabo una operación quirúrgica que le garantice que el conflicto con la Coordinadora, que apenas inicia, no se salga de control. Sin duda la solución es la aplicación de la ley a los liderazgos regionales, respetando los derechos de los profesores. Algo así sucedió durante el gobierno de Salinas, que ante el empoderamiento del líder petrolero la Quina, este fue encarcelado y se respetó a los trabajadores y al sindicato petrolero.