Recientemente, el medio digital de comunicación Carpeta Púrpura, de Yury Servolov, haciendo uso de la Inteligencia Artificial diseñó un escenario prospectivo de 2025 a 2030 del conflicto Irán-Israel.
Con Servolov me une una amistad de más de 30 años; desde entonces, con la compañía de un extraordinario amigo (qepd), el abogado y periodista Gerardo Viloria, nos reuníamos a analizar la situación actual mientras tomábamos café. Aprecio y admiro la capacidad analítica y crítica de Yury, aunque no siempre comparta sus análisis.
Si bien mediante el empleo de la IA, con la información que proporciona permite analizar patrones y tendencias, requiere de la inteligencia humana para razonar, aprender, resolver problemas, y no solamente depender de una máquina en el diseño de diagnósticos y escenarios.
Los datos que arroja la inteligencia artificial requieren necesariamente de un valor agregado que se conoce como “curar la información”, que se traduce en el poder analítico de la mente en el diseño de escenarios para la toma de decisiones. Es prudente analizar el conflicto, que aparentemente tuvo una duración de 12 días, bajo un rigoroso análisis metodológico desde antes de que se iniciara.
La intervención de Estados Unidos se da en un contexto en donde la popularidad de Trump iba a la baja, motivada entre otros factores por las redadas migratorias y la imposición de aranceles, lo que afectó negativamente la imagen del mandatario dentro y fuera de Estados Unidos.
Redadas que por la separación de niños de sus familias, merecieron duras críticas de la ONU, Amnistía Internacional y gobiernos latinoamericanos; además, la imposición de aranceles aumentó las tensiones con sus aliados europeos, Canadá, y su principal rival: China.
Desde abril a principios de julio la aprobación de Trump rondaba entre 43 y 45%, con desaprobación de 55 a 57%, según Morning Consulty You Gob. En Economist/ You Gob solo 19% estaba a favor de su intervención en el conflicto y 53% desaprobaba su participación.
Entre los votantes MAGA (Make America Great Again /Hacer a Estados Unidos grande otra vez), que constituye su base electoral, 95% aprueba su desempeño en lo general y 84% está de acuerdo en su gestión ante el conflicto.
Con su ataque a Irán, Trump reforzó la imagen de un líder fuerte ante sus bases conservadoras que valoran el nacionalismo, militarismo y la defensa de Israel.
Este repunte en su imagen se da aun cuando ha sido acusado de generar innecesariamente un conflicto, que bajo una perspectiva maquiavélica impulsó indirectamente con decisiones bien planeadas, como el respaldo a Israel, el ataque selectivo a lideres iraníes. No actuó de manera improvisada, sus acciones más bien obedecen a un cálculo político sobre cómo mostrar fuerza, imagen y control.
Maquiavelo decía que el fin justifica los medios, y Trump actuó bajo esa lógica, a fin de fortalecer su liderazgo aún con el riesgo de que pudiera desencadenar un problema mayores dimensiones.
En este escenario geopolítico México no puede sustraerse, más bien debe de inmediato contar con una estrategia que permita aminorar los impactos de este despliegue coordinado desde Washington, en donde participan Seguridad Nacional, el Departamento de Estado con el Secretario y Subsecretario y recientemente el Departamento del Tesoro que, por cierto, ha señalado por presunto lavado, entre otros bancos, a la Financiera Vector, cuyo propietario fue el financiador de la campaña de AMLO, e impulsor de la Ministra de la Corte, Margarita Ríos Farjat.