Uno de los principales problemas hoy es distinguir entre lo real y lo falso en el mundo digital. Las redes sociales, los mensajes de WhatsApp, sitios “noticiosos” y casi todos los espacios digitales están llenos de noticias falsas, imágenes y videos creados con inteligencia artificial (IA), notas no verificadas y opiniones cargadas de datos inventados. En nuestro feed puede aparecer lo mismo una nota sobre un supuesto canguro bebé al que no dejaron subir a un avión como animal de compañía, que un mensaje anunciando la supuesta muerte de un cantante: la línea entre lo real y lo falso se difumina cada día.
La posverdad está consumiendo al mundo. Por eso es urgente que asumamos la responsabilidad de verificar lo que compartimos. Claro, es más fácil reenviar un video de un canguro con boleto de avión que revisar si es real. Y aunque para algunos sea obvio que se trata de un montaje hecho con IA, muchas personas no tienen las herramientas para detectarlo. Contener la desinformación es tarea nuestra, porque a ninguna gran plataforma parece importarle ya que la mentira se propague por sus canales.
El Reporte Digital 2025 del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford señala que 58% de las personas dicen tener dudas sobre qué es verdadero y qué no en las noticias online, un aumento de 4% respecto a 2022. El documento agrega que Facebook y TikTok son las redes donde más preocupa la propagación de información engañosa o falsa.
¿Quiénes son los principales emisores de esta desinformación? Según el mismo reporte, encabezan la lista global dos grupos empatados con 47%: influencers y personalidades digitales, y políticos. El problema se vuelve más grave si se considera que un tercio de la gente usa Facebook (36%) y YouTube (30%) para informarse cada semana. Instagram y WhatsApp se mantienen en 19%, mientras que TikTok (16%) ya rebasa a X (12%).
No solo Oxford prende las alarmas. El Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial coloca la desinformación como el mayor riesgo para los próximos dos años. Señala especialmente las amenazas del contenido falso generado con IA y la creciente pérdida de confianza en las instituciones.
Entre esas instituciones está, por supuesto, el periodismo. Cada año, menos personas confían en los medios de comunicación. Y cada año, también menos personas quieren informarse. El reporte dice: “Cuatro de cada diez personas evitan enterarse de las noticias a veces o con frecuencia: se trata del número más alto que hemos registrado, junto con el del año pasado. El aumento es constante desde aquel 29% de 2017”.
Este problema no es nuevo, pero la IA lo vuelve exponencialmente más grave. Hoy ya no hay límites para el contenido falso que se puede crear, ni interés por parte de las plataformas en detenerlo, ni regulación para obligarlas. Es una tormenta perfecta: personas que no quieren enterarse de la verdad y tampoco confían en los medios, plataformas digitales que no frenan la mentira y herramientas de IA que pueden fabricar cualquier cosa.
Si no tomamos en serio nuestra responsabilidad como usuarios, y dejamos de compartir falsedades, pronto no sabremos diferenciar lo que sí pasó de lo que nunca existió. Toma un par de minutos verificar en medios de comunicación o canales de gobierno CONFIABLES lo que queremos compartir. Es un gasto de tiempo pequeño, a cambio de no aumentar la desinformación que nos ahoga.