A mediados de 2023, Raúl Trejo Delarbre publicó el libro Inteligencia artificial. Conversaciones con ChatGPT (Cal y arena). Por ese tiempo armé un documento que decía: “Hoy lunes 10 de julio en un sueño, antes de que las patitas de Mika sobre la duela me despertaran a las 5:40 para indicarme que se estaba pasando la hora de salida, me fue revelada la existencia del petalba: el libro que devora libros. Es un libro acuático, mejor: anfibio, que húmedo sale a tierra. Abre sus páginas con el lomo por el medio y las tiende sobre otro libro como con bivalvas o como las alas de una mantarraya paginaria y devora a otro envolviéndolo. Queda una implosión de tinta y de papel. Raúl Trejo Delarbre, sabedor de esos asuntos, me informaba en el sueño que también los hay petalbas desérticos: libros empolvados que devoran a otros libros abriéndose también en sus páginas centrales y cerniéndose sobre ellos; al final se hunde con su víctima en un espacio que se abre en cualquier superficie que el tiempo ya vence —duela vieja, digamos: mi casa— como una gran inmersión de arena. Petalba del agua; petalba del desierto”.
Lo chateé al grupo de amigos y recibí la respuesta de Raúl: “La IA (en efecto) devora toda la información posible y la regresa digerida y desabrida”.
The Atlantic (17/9/25) lanza Perroguardián IA. Este proyecto de investigación abre la caja negra de las compañías que entrenan a la IA utilizando trabajo creativo de seres humanos sin el consentimiento de escritores, cineastas y artistas que lo hicieron. Perroguardián IA incluye un buscador de base de datos con obras creativas que Microsoft, Meta y otros utilizan para entrenar a sus modelos de IA. “La base incluye más de 7.5 millones de libros, 81 millones de artículos de investigación, 15 millones de videos de You Tube, decenas de miles de películas y programas de TV, y contando”.
De Raúl Trejo Delarbre hay en esa base de datos siete artículos con su nombre. Y tres libros suyos. El petalba ha empezado a devorar su obra.