En las décadas finales del siglo pasado, el sistema capitalista imperante se esforzó por sacar el máximo provecho económico de los países pobres.
Los ricos se decían desarrollados y los pobres subdesarrollados.
Los ricos se proponían como ejemplo para que los pobres los alcanzaran en su riqueza económica y los pobres comenzaron a desarrollar análisis sociales en los que decían que, por la estructura económica, social, política, cultural, etc., era imposible que los pobres fueran ricos, mientras no se diera un cambio de estructuras.
Los pueblos latinoamericanos pronto se dieron cuenta que no era posible ser países desarrollados mientras no se diera un cambio de estructuras que mantenían la subordinación de los pueblos pobres.
Los pueblos cristianos de América Latina y el Caribe pronto vieron la necesidad de una liberación integral que cambiara las estructuras desde lo más profundo del hombre razón por la cual el Episcopado Latinoamericano (CELAM II), reunido en Medellín, Colombia, señaló la necesidad de un cambio global.
Pero ha llegado a la presidencia de los Estados Unidos, un hombre llamado Donald Trump, que tiene la reversa unida a su conciencia, su corazón y su atrasado mudo de pensar, quién actúa como si fuese el monarca del mundo expulsando de su país a trabajadores eficientes y honrados, imponiendo aranceles y castigando con ellos a quienes no son de su modo de pensar, haciendo guerras y ordenando bombardeos al estilo más torpe, desconociendo acuerdos internacionales con la mano en la cintura.
Los mexicanos conocemos un canto que nos habla de lo inútil que es el ir para atrás en el tiempo.
El pueblo la canta. Dice: “La cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta marihuana que tomar”.
Dicen que se la dedicaron al General Huerta, el autor del golpe de estado contra Francisco I. Madero.
Si es cierto, o no, lo que ahora es cierto es que cuadra muy bien al actual presidente del vecino país del norte, quien ha dañado mucho al mundo entero; se ciega al no advertir que ya no estamos en la política unilateral sino en la multilateral.
