Allá por 1983, se celebró en la Parroquia de Concordia, el IX Encuentro Nacional de Comunidades Eclesiales de Base, en el que participaron representantes de buen número de diócesis de México; el Arzobispo Dn. Sergio de Obeso, que en esos años era Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, seis obispos más, sin faltar Dn. Fernando Romo Gutiérrez, Obispo de Torreón, a quien se le dedicaba el evento, por sus 25 años de Obispo.
Aquel evento tuvo por lema: “La Palabra de Dios en la vida y el corazón del pueblo de Dios”.
La Biblia, siempre se estudia en ésta región lagunera.
En la semana que termina, otro evento bíblico se ha desarrollado con el curso impartido a catequistas de Torreón por el P. Carlos Junco Garza, del clero diocesano de Monterrey, acreditado por coordinar una traducción de la Biblia para América Latina, obedeciendo a una encomienda de la Conferencia Episcopal Latinoamericana.
Tiene un buen número de textos bíblicos, uno de los cuales es el manual para estudiantes de Sagrada Escritura, en el Seminario Diocesano de Torreón.
La catequesis bíblica es variadisima en sus métodos, enfoques y preocupaciones.
No falta una lectura fundamentalista, otra lectura de cercanía con los mitos del fin del mundo, otra lectura que busca aplicar la palabra de Dios con el compromiso cristiano a la realidad de la vida que corre.
Una catequesis bien aplicada, no encierra a los catequistas en un mundillo.
Las abre a los retos de la vida cotidiana y sabe ir con el cambio social, para no ser espectadores de la realidad. Sabe sobre todo, aplicarla a la práctica de la justicia.
Las Comunidades Eclesiales de Base son generadoras de apóstoles de la catequesis, por su sentido de Iglesia, que lo arraiga en la comunidad local, discuten en cada una de sus reuniones la Palabra de Dios, para aplicarla a un mundo que se aleja de la fe, y que tiene su gozo en el consumo de bienes.
Con su modo fraterno de vivir, destierran de su convivencia el chisme, la sospecha del prójimo.
La misa la tienen como el centro de la vida de la comunidad; progresivamente van conociendo cada vez más la teología de los Sacramentos; se abren al mundo de las realidades sociales; buscan conocer cada vez más la realidad, que no deja de ser opaca, compleja y desafiante.
La Palabra de Dios aparece como un sol que ilumina todo.