La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo así gritó en la plaza pública y su voz hizo retumbar en sus centros la tierra. ¡Viva México! Un grito que ha venido recuperado su dignidad y su sentido, luego de años de que la dictadura prianista lo tuvo en calidad de slogan, de esparadrapo, de una marca que apenas importaba.
¡Viva México!
Todavía recordamos aquel 15 de septiembre cuando, acosado por un diluvio, el espurio Calderón era abucheado y etiquetado como asesino por una multitud que no lo había ido a ver para celebras sus gritos, sino para señalarlo luego de una narcoguerra siniestra e inútil. Un abucheo que se intensifica cada vez que exige la invasión a México.
¡Viva México! Un grito que se le ha expropiado a la frivolidad y al patrioterismo que vendió al país por partes como en un deshuesadero desde la llegada del neoliberalismo salinista, en cuyo charco de miasmas chapotearon los Krauze, los Ferriz, los Brozos, Dresser, ChikiliQuadri y Lorets, los choznos de don Plutarco y los entenados de Gómez Morín.
¡Viva México! El grito menos favorito de los entreguistas y los vendepatrias, de Alo Moreno a Kinky Téllez, de Alazraki y los paleros de Alazraki a Caldedrunk, de la Loka Academia de Miramones. Ellos quisieran gritar y gritar y gritar para que caigan los programas sociales, resuciten las exenciones hacendarias a los plutócratas que se niegan a pagar impuestos; para que se malbaraten Pemex y CFE, se resucite el Aeropuerto subacuático de Texcoco y 13.4 millones de mexicanos regresen a la pobreza de donde nunca debieron de haber salido.
Viva México. Es un grito que no hace juego con noticias falsas, tergiversaciones, mediáticas, exageraciones, políticas, melodramáticas, ni con alucines estrambóticos de un neocomunismo terrorista inexistente. Esa clase de de turbojaladas, chantajistas, palimpsestos derechuecos. que menosprecian al periodismo y al público que lo consume. Montajes por aquí, montajes por allá, y nomás no les funciona nadita de nada, pues han pasado del monopolio de la información a la irrelevancia total.
Con todos medios de su lado, Xóchitl, la candidata del PRIAN no supo ni a gelatina de melón.
¡Viva México! Un grito que odian los juniors tóxicos y sus rémoras de altísimos ingresos.
Cada vez que la ultra derecha nacional recurre al lugar común de qué México se va a convertir en Venezuela, que los comunistas te van a quitar tus propiedades, que el dólar va a estar a 40 varos, y que esto es una dictadura, el Canelo recibe un madrazo en la mandíbula.
¡Viva México!
