Parvadas cruzan los cielos azules mientras los patos se regodean vivarachos en esas aguas tranquilas que iban a ser pistas de aterrizaje. El ecosistema se reactivó y una fauna variada se establece en la vocación natural del Lago de Texcoco donde ya nunca se aposentará una estructura falsa y desmesurada a la manera de una Torre Mítika horizontal, que estaba a condenada a luchar contra los restos de humedad que no cesarían en su empeño para tragársela como a una Atlántida impostada y bisnera.
Imágenes que le echan limón a la herida de las rabiosas huestes neoliberales que se aferran a ese vetusto y malogrado proyecto como a un clavo ardiente. Y de plano lo único que les falta decir a los bucólicos desvelados que tienen sueños acuáticos con el Agriopuerto de Texcoco es que en las profundidades de aquellos mantos que hoy rebosan vida después de haberse tragado sus estructuras, hay una base secreta de submarinos nucleares soviéticos, chinos, norcoreanos, venezolanos, cubanos e iraníes. Claro, por la conexión rivapachesca Teherán-Palenque.
O sea, no se vale, mi licenciado Peña hasta se veía triste, ojeroso, cansado y sin ilusiones cuando alegaba ante las cámaras de Netflix que no había nada derechueco en ese bisne. No se rían. Pero sobre todo no ser rían de quienes desde su ultraderechairismo chumelesco todavía defienden a este elefante blanco que iba a costar para mantenerlo a flote más que chorromil estafas maestras y de luz.
Representantes de la derechairósfera cuyas morriñas texcocanas son casi tan ridis como el nuevo sketch de Lord Montajes Loret y Víctor Trujillo, el Brozo ultraderechoso, donde les da tanta flojera armar algo medio cotorro que se la pasan quejándose a gritos que los están censurando y geolocalizándolos hasta cuando su jefe de jefes, Roberto Madrazo, los regaña por hacer chistes más cebos que sus promesas de campaña.
A lo mejor estos personajes, en vez de imitar a Alazraki y a los paleros de Alazraki, deberían de concentrarse en sus camaradas panistas como Jojojorge Romero que como se siente el Inspector Ardilla del cártel inmobiliario del PAN, cree que la Ley Espía está pensada en su voxismo manifiesto. También le podían echar un ojo a las periodistas un poquito torcidas que le exigen a López Obrador que deje de polarizar al país. (No se rían.) Todo como si AMLO anduviera de huelemoles tuiteando todo el día como Calderón, que hasta lo que no se come le hace daño.
Que se vayan a rumiar sus penas con los patos de Texcoco.
