Toda crítica del mundo, escribió Mustapha Khayati, está hecha con la lengua de ese mundo, a pesar de que se declare en su contra. De ahí que cada praxis revolucionaria requiera un nuevo campo semántico para expresar nuevos significados, porque “el lenguaje es la morada del poder”. No se trata de la ingenua simplificación de cambiar un todos por un todes esperando una transformación de las estructuras patriarcales de dominio epistemológico, sino de pensar la realidad desde perspectivas múltiples y distintas. Mirar es rodear un objeto, mirarlo desde otros puntos de vista, reflexionarlo, volverlo a ver. Todo lenguaje liberado es un cambio semántico del modo de pensar.
A partir de la búsqueda de una confluencia mundial de alternativas inspirada en la experiencia india de Vikalp Sangam —iniciativa que desde 2014 reúne a personas de diversos saberes en la puesta en práctica de otras opciones ante el patriarcado, el racismo, el clasismo y la discriminación, la hegemonía del estado-nación y las democracias liberales, el sistema capitalista, la cultura del antropocentrismo y la depredación ecológica, utilizando la documentación colaborativa y el mapeo de alternativas para “tejer/interconectar” experiencias de todas partes del mundo—, acaba de publicarse traducido al español Pluriverso. Un diccionario del posdesarrollo (Icaria editorial, Barcelona), que agrupa más de 100 ensayos y 120 coautores de África, Asia, Europa y América del Norte, Centro y Sur sobre un presente puesto ya en práctica y un futuro posible, más allá del “desarrollo” como organizador de la vida social y sus falsas alternativas “ecológicas”.
Pluriverso cuestiona, en palabras de Mogobe Ramose, filósofo nacido en Sudáfrica y participante en el infrecuente manual de los otros mundos que están en éste, la pecunimanía, esa patología económica y moral inducida por el libre mercado capitalista que requiere la incesante acumulación de dinero como un imperativo natural de la realización humana y justifica la explotación de los demás y la destrucción de la naturaleza para lograrlo.
Es un libro sobre el tiempo, escribe Bayo Akomolafe, pensador africano, sobre un futuro que murió tiempo atrás junto con sus proyectos coloniales dominantes, anteriores y actuales, de progreso y universalidad. “Señala la urgencia de fomentar lo opuesto: los múltiples mundos que disienten calladamente. Necesitaremos nuevas palabras irreverentes para cocinar adecuadamente esta insurgencia. Y este diccionario es el recetario de cocina”.
La antigua doctrina de la aparición simultánea enseña que donde surge un problema, una plaga o una enfermedad también surge, de haberla, la solución. Intentar construir alternativas posibles en estos momentos, “los años más frescos del futuro”, cuando según la advertencia científica lo peor aún está por llegar, rodeados de guerras inhumanas y cuasi apocalípticas, de descomposiciones sociales y sub humanizaciones crecientes, amenazados por el desarrollo de una inteligencia artificial que se anticipa incontrolable, por aberraciones políticas y procesos demenciales de monopolio y concentración, por “una enfermedad civilizatoria que se llama homogeneización”, intentar esa construcción de alternativas en medio de todo ello es la tarea, el arca común que preservará la vida, corregirá desviaciones suicidas y garantizará un porvenir habitable para el planeta y sus especies, para las nuevas generaciones que o vivirán el horror que se cierne o podrán salvarse de él.
Este es un esfuerzo aglutinante de voluntades, de resistencias políticas y sociales ante los conceptos de progreso y desarrollo que nos arrastran hacia el desastre, una salida de la clausura del sistema-mundo moderno, apunta el escritor boliviano Raúl Prada Alcoreza, también colaborador en el volumen, para transitar a otros horizontes abiertos más allá de la modernidad, en los cuales se desande el camino del nihilismo capitalista y se conformen “otras condiciones de posibilidad histórico-culturales institucionalizables, que cumplan con la reinserción de las sociedades humanas en los ciclos vitales planetarios”.
Sus coordinadores indican que la sección principal del libro recapitula cosmovisiones y prácticas antiguas y nuevas, locales y globales provenientes de comunidades indígenas, campesinas y pastoriles, colectivos vecinales urbanos y movimientos ecologistas, feministas o espirituales que luchan por la justicia y la sostenibilidad de maneras diversas. Que insisten en la importancia de integrar la actividad humana a los ritmos y límites de la naturaleza, respetando a los seres humanos y a todas las formas de vida como una compleja unidad, un todo interconectado. Que reconocen las bases indispensables para la vida, la naturaleza y el conocimiento humano entre ellas, como bienes radicalmente comunes y no privados.
Equidad social, sabiduría ecológica, diversidad cultural y democracia económica y política. Este es el cambio epistemológico. Si hay futuro histórico, así será.