Comunidad

Juegos y conflictos

La mística de las Olimpiadas se ha construido a partir de mostrarnos gestos sublimes de la voluntad, el espíritu y la corporalidad de la condición humana.

Sin embargo, la próxima edición de los Juegos Olímpicos en París 2024 estará marcada por la controversia. 

Rusia sigue sancionada por el Comité Olímpico Internacional (COI), y solo 15 deportistas rusos participarán, aunque lo harán bajo una bandera neutral y sin himno.

La exclusión de Rusia en París 2024 nos enfrenta a una realidad: el deporte no es inmune a las tensiones políticas y a las decisiones controversiales.

La medida del COI de excluir a Rusia y Bielorrusia por sus acciones en Ucrania, mientras deja sin sanción a otros países con historiales similares, plantea serias preguntas sobre la equidad y la justicia en el deporte.

¿Es justo castigar a los deportistas por las acciones de sus gobiernos? ¿Debería el COI aplicar las mismas sanciones a otros países que han iniciado conflictos armados? ¿Cómo afecta la exclusión de deportistas de élite a la integridad y competitividad de los Juegos Olímpicos?

Los deportistas no son peones en el tablero de la política internacional. Son personas que representan a colectivos con sueños, esfuerzos y dedicación que merecen ser reconocidos y celebrados.

Al excluir a deportistas de élite en la disciplinas como la gimnasia rítmica, artística, natación, clavados, etc., por motivos políticos parciales los juegos quedan adulterados. 

La ausencia de estos atletas se sentirá, y la sombra de esta decisión pesará sobre las medallas ganadas y las hazañas logradas.

El impacto cultural del deporte tiene una dimensión política innegable, pero debemos preguntarnos si estamos permitiendo que una eclipsen al otro de manera desproporcionada.

El espíritu olímpico, sin embargo, siempre encuentra una manera de prevalecer. 

Es en los momentos de mayor adversidad cuando se pone a prueba nuestra capacidad de mantener viva la llama de la solidaridad.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 pueden ser una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de la cultura deportiva y su capacidad para unirnos en tiempos de división.

Esta edición de los juegos de verano será una prueba no solo para los atletas, sino para todos nosotros, de mantener vivo el espíritu de una de las celebraciones de la humanidad, en medio de nuestras diferencias y nuestras guerras.

En medio de los conflictos armados y socio-ambientales que vivimos en este momento: la mística de la llama olímpica se hace más urgente.


@perezyortiz

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david pérez
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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