¿Cuánta gente conoces que ama lo que hace? O, mejor dicho, ¿cuánta gente, de la que está a tu alrededor, hace evidente que ama lo que hace?
Y lo llevo al siguiente nivel, ¿cuánta de esa gente trabaja directamente contigo?
Te planteo esto porque acabo de empezar a leer el libro Encuentra Tu Por Qué, de Simon Sinek, que (ya te has de imaginar) está lleno de conceptos y argumentos inspiradores, y que una vez que se aterrizan, allanan el camino de la autorrealización.
Y es prácticamente en el prólogo donde Sinek hace la siguiente afirmación, y que es la que da pie a esta conversación: “La satisfacción es un derecho, no un privilegio (…)”
Estamos a días de cerrar el año, ciertas personas se van sensibilizando (supongo que por Espíritu de la Navidad y esas cosas), las cargas emocionales sobre lo que se logró (y lo que no) van aumentando, y esto les genera un ánimo extraño.
La autocrítica, y las diferentes pérdidas, suelen propiciar desgano, insatisfacción y hasta melancolía, lo que afecta el desempeño, especialmente en el trabajo.
Entonces, ¿cómo les apoya la empresa a que no caigan en ese ‘mood’? ¿Existe una red de apoyo o contención para esas personas? ¿Quién es la persona designada para hacerles recuperar el ánimo?
En ocasiones anteriores te he exhortado a que tengas bien detectados a los que llamé Promotores del Buen Clima Laboral, siendo estos aquellos colaboradores que, justamente, podrías usar como respuesta a mis preguntas iniciales.
¿Las tienes ubicadas? ¿Las involucras con intención? ¿O solamente las dejas ser, para que, a su modo, propaguen su “buena ondita” entre sus compañeros?
La gestión eficiente implica la consecución de objetivos cuantitativos, sí; pero también la resolución de los cualitativos, y la mayoría de éstos están relacionados con el desempeño de los colaboradores.
Entonces, ¿por qué no trabajar intencionadamente en crear los niveles de emoción adecuados para el personal?
Más delante en el libro, Sinek dice, refiriéndose a la satisfacción, que “Esta sensación (…) no debiera ser una lotería reservada a unos pocos afortunados”.
Te invito pues a reenfocar tu estilo de liderazgo, desarrolles más tus habilidades blandas, y seas, junto con tu brigada designada, un creador de emociones. Éxito.
