Todos fuimos diseñados para tener fe. Hay quienes la depositan en la idea de que Dios no existe. Se le llama ateísmo. El ateo tiene una gran fe en su propia capacidad y conocimiento para asegurar que no hay Dios alguno en el universo.
Otros creen que “todos los caminos conducen a Roma”, en referencia a que Dios es el mismo en todas las religiones, y que solo cambia de nombre. Este tipo de fe permite vivir de la manera que uno prefiera, con valores o principios relativizados.
Hay quienes prefieren la religiosidad. Mayoritariamente acudir cada cierto tiempo a determinado lugar, y llevar a cabo una serie de ritos, tradiciones o costumbres que traigan algo de tranquilidad a la conciencia.
¿Qué ha hecho por ti tu fe? ¿Te ha dado identidad? ¿Ha cambiado tu interior? ¿Te garantiza certeza para esta vida y la venidera? ¿Deja un legado que trascienda? ¿Beneficia a tu familia?
Las plantas o los árboles sin la tierra se secan; los peces sin el agua, ya sea dulce o salada, mueren; y el ser humano sin Dios, vive sin identidad y verdadero propósito. Ahora bien: La tierra sin plantas y árboles, sigue siendo tierra; el agua, sin peces, sigue siendo agua; y Dios sin nosotros sigue siendo Dios.
Lo sorprendente es que, a pesar de saber todo de nosotros aun así nos ama: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, (Romanos 5:8). Dios no nos ama porque lo merezcamos. Nos ama porque ha decidido hacerlo. Nos ama siendo pecadores, y sabe que lo que realmente necesitamos es perdón, salvación, liberación, transformación; por esa razón su amado Hijo Unigénito murió por nosotros.
La fe depositada en Cristo cambia todo: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”, (Romanos 8:10). “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”, (Romanos 3:24)
Tu fe, depositada en Cristo, hará lo que nada ni nadie podría hacer por ti: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”, 2ª. Corintios 5:17.
Nuevo comienzo. Perdón. Salvación. Identidad. Certeza. Jesús nunca te dejará ni desamparará. Cree en él y lo verás.