Política

¿Justicia y gracia?

  • En Corto
  • ¿Justicia y gracia?
  • Alejandro Maldonado

Quizá has escuchado la frase que se suele atribuir a quienes ejercen el poder: “A los amigos, (o aliados) justicia y gracia; a los enemigos, justicia a secas”. Esto quiere decir que para los amigos no hay ley aplicable. Por eso muchos claman “por justicia”.

Pero cuando estamos en aprietos debido a nuestras malas decisiones, pedimos misericordia. En paralelo otras voces se alzan para que nos caiga “todo el peso de la ley”. Si son cosas de familia, lo más común que llegamos a hacer, es decir: “Te perdono, pero no lo olvido”.

Humanamente es imposible que la gracia y la justicia vayan de la mano. Ahora traslademos nuestra condición a la realidad espiritual. Tú y yo, -asegura la palabra de Dios-, somos pecadores destituidos de su gloria. En otras palabras, Dios en su justicia perfecta y de carácter eterno, debe castigarnos. Sin embargo, en algún momento elevamos una plegaria al cielo clamando por misericordia y perdón. Lo lógico es que, siendo Dios justo, deseche nuestra petición. “Pero si me arrepiento”, dirás “Dios me perdonará”. Esto no es totalmente correcto.

Acá en los Estados Unidos, hay casos en donde los acusados de graves ilícitos tienen un profundo arrepentimiento, y piden a las víctimas y/o familiares que les perdonen. Pero aun cuando ellos lo hagan, el juez no cambia la sentencia.

¿Cómo entonces puede Dios ser justo, y al mismo tiempo, perdonarnos? La respuesta es “gracia”. Es algo mucho más que la misericordia. La “gracia” no se puede comprar, heredar, o conseguir mediante algún recurso humano. Dios la otorga gratuitamente a través de Jesucristo, cuando decidimos creer en él y entregarle nuestra vida.

¿Cómo es posible? Porque Dios en su justicia, - hecho hombre en Jesucristo-, tomó sobre sí mismo nuestros pecados, y recibió nuestro respectivo juicio y castigo en la cruz. “Arrepentirnos” sin venir a Cristo, no borra nuestros pecados. Ayuda a vivir mejor, pero con una enorme cuenta pendiente con nuestro Creador.

Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, (Juan 14:6). Si el arrepentimiento no nos conduce a confiar en Jesús y lo que hizo por nosotros en la cruz, estamos en peligro eterno.

Dios quiere otorgarte justicia y gracia. Pídele a Jesus que te perdone, salve y venga a morar a tu corazón.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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