Ella era conocida como la mujer que conquistó Silicon Valley. Hoy es vituperada como la estafadora de dicho lugar.
Su historia no difiere mucho de las ya cada vez más típicas leyendas de los magnates en California.
Elizabeth Holmes fundó su empresa Theranos a los 19 años y se propuso transformar los laboratorios a través de análisis de sangre que pudieran realizarse rápidamente utilizando cantidades muy pequeñas. Un año después, abandonó sus estudios en la élite de la Universidad de Stanford para poder concentrarse por completo en su compañía.
A los 31 años era una célebre joven empresaria en la tierra de Google y Apple. Para entonces, la empresa valía mil millones de dólares: la multimillonaria más joven hecha a sí misma en los Estados Unidos. La diferencia es que se trataba de una mujer en un valle de hombres, lo cual agregaba un plus a su historia.
No obstante, la leyenda tomó un giro inesperado cuando, a través de revelaciones de denunciantes y la investigación de un reportero del Wall Street Journal, salió a la luz que más de 200 análisis de sangre que anunciaba Theranos no se podían realizar en la máquina "Edison" especialmente desarrollada por la compañía, mientras que los resultados de las pocas pruebas que podía manejar eran defectuosos y poco fiables.
Los pacientes fueron mal diagnosticados con todo, desde diabetes hasta cáncer. Holmes también prometió a los inversores una ganancia de la empresa mucho mayor que la que realmente obtuvo Theranos.
Entonces comenzó el juicio, en el que su defensa pretendió argumentar que fue su exnovio, el ejecutivo de Theranos Ramesh “Sunny” Balwani, quien con sus abusos emocionales y físicos la obligó a cometer las ilegalidades de las que se le acusa.
Esto tuvo poco efecto y entonces se apeló a la maternidad. No obstante, fue condenada.
Este tipo de historias han sido aprovechadas hasta el infinito para denostar a las mujeres. Prueba de ello es el reportaje del New York Times que recogía el testimonio de varias emprendedoras y fundadoras de start-ups del sector de la biotecnología y la biomedicina. A todas ellas, durante las reuniones, les mencionaban el caso de Holmes.
¿En realidad esto está ligado exclusivamente a Holmes o simplemente ella tomó ventaja de un sistema que es proclive a la opacidad ?
El problema en Silicon Valley es que la línea entre el fraude y simplemente jugar con la cultura de fingir, es muy delgada.
"Theranos fue una advertencia temprana de un cambio cultural en Silicon Valley que ha permitido prosperar a promotores y sinvergüenzas", dijo el inversionista Roger McNamee, en entrevista con BBC.
Esta cultura de secretos y mentiras, que permitió que la tecnología de Theranos no fuera analizada, es "absolutamente endémica", dijo.
El problema de Holmes no tiene que ver con el género. El problema de Theranos tiene que ver con una cultura que ha exacerbado hasta lo sumo el dinero fácil y la fascinación por lo tech. El dejarse deslumbrar por diamantes que resultan espejitos, y de pensar que la fiebre del oro había adquirido un color rojo.