Política

De nuevo Jalisco en el ojo del huracán, ahora por el Auditorio Telmex

Una vez más, Jalisco está en boca de todos por los motivos equivocados. En esta ocasión, el Auditorio Telmex, un recinto que pertenece a la Universidad de Guadalajara (UdeG), se convirtió en escenario de una exhibición descarada de narcoapología. Durante el concierto de la agrupación Los Alegres del Barranco, se proyectaron imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), mientras la banda interpretaba un tema alusivo a él.

Dicho sea de paso, esta agrupación es originaria de San José del Barranco, Badiraguato, Sinaloa.

El video de este momento no tardó en circular en redes sociales, donde las opiniones se dividieron entre quienes condenaron la normalización del crimen organizado y quienes celebraron el espectáculo. Lo preocupante es que en el propio auditorio se escucharon ovaciones cuando apareció la imagen del narcotraficante, lo que confirma que la cultura del narco sigue profundamente arraigada en ciertos sectores de la sociedad.

Frente a la polémica, el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva, se pronunció en contra del hecho y anunció que, de inmediato se incluirá una cláusula en los contratos de arrendamiento del auditorio para evitar eventos que fomenten discursos de violencia. Sin embargo, esta reacción llega tarde y deja varias preguntas sobre la permisividad con la que operan estos espectáculos. No es la primera vez que un concierto de este tipo se lleva a cabo en el recinto, y en su propia cartelera figura un próximo evento titulado Entre yerba, polvo y plomo, nombres que difícilmente pueden interpretarse como un concierto en el que se fomente la cultura de la paz.

El problema no es solo un concierto. La narcocultura se ha infiltrado en la música, la televisión, las redes sociales e incluso en el lenguaje cotidiano. Se ha idealizado la figura del criminal como un ícono de poder y riqueza, y lo que antes se veía como una actividad escabrosa, ahora se consume sin reparo. Erradicar esta mentalidad no es una tarea sencilla, pero al menos las universidades deberían ser las primeras en establecer un filtro más estricto para impedir que sus instalaciones sean utilizadas para glorificar a quienes han sumido al país en la violencia.

El Auditorio Telmex no es solo un inmueble de la UdeG; es un símbolo de la vida cultural en Jalisco. No basta con una disculpa institucional o con promesas de regulación futura. Si realmente se quiere marcar un precedente, las medidas deben ser inmediatas y efectivas. Cancelar el evento programado para julio y próximas fechas de este tipo de agrupaciones, sería una señal clara de que se está dispuesto a frenar este fenómeno dentro de los espacios universitarios. De lo contrario, la condena pública quedará como un gesto vacío ante la realidad de que el crimen organizado sigue teniendo una presencia que no solo se tolera, sino que en algunos casos hasta se aplaude.

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Rubén Iñiguez
  • Rubén Iñiguez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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