Cultura

En memoria de Arnoldo Kraus

La bioética en México está de luto. Ha sufrido una pérdida enorme: víctima de cáncer, se nos fue Arnoldo Kraus. Pero como las lágrimas son estériles, intentaré poner en palabras algo de lo mucho que él significó y significará siempre.

Arnoldo era un ser conciliador y respetuoso; siempre buscaba una salida positiva a cualquier problema. Su calidez llegó a mí hace años, cuando tuve un conflicto con el entonces director del Colegio de Bioética y algunos de sus miembros, fue cuando conocí al verdadero Arnoldo, siempre cálido y con una salida concertadora. A partir de ese momento dejamos de ser solo colegas y comenzamos a ser amigos.

Autor de muchos libros, se caracterizó por su defensa de la eutanasia como un derecho que debería tener cualquier paciente que decidiera optar por morir en lugar de atravesar el dolor de la agonía. Durante toda su vida, luchó como bioeticista y como médico por ese derecho. Es mucho lo que aprendimos de su obra escrita, pero es más aun lo que aprendimos de su forma de ser, quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.

De Arnoldo aprendí el valor de la unión conciliadora y de la generosidad: todo en él era amable en el sentido radical de la palabra “amable”, la cual nombra aquello que es fácil de amar porque no hiere, no lastima; recibe en su seno al herido, al lastimado, para curar sus heridas: así era Arnoldo.

Había en él una especie de humildad que no era la falsa humildad que se vanagloria de sí. Su andar era humilde como lo era su forma de hablar: era su forma natural de ser. De modo que, a pesar de ser un médico, escritor y luchador social reconocido y premiado, él continuaba con su misma suave voz, con sus mismos modos fieles a esa forma de ser.

En la última etapa de su vida, me pidió que lo llamara Anchul, como lo llamaban sus seres más cercanos; lo consideré un privilegio. Desde que enfermó, pensaba mucho en él y nos escribíamos más que antes. Pero siempre creí que superaría el cáncer, siempre creí que sobreviviría: siempre creí que lo volvería a ver como antes. Así que este ha sido un golpazo inesperado.

Nos deja su obra literaria y sus escritos en torno a la bioética, de los cuales sin duda muchos continuarán aprendiendo. Si “la memoria construye personas”, como él llegó a afirmar, su existencia no cesa aquí: continuará mientras existamos los que guardamos un lugar en nuestra memoria para el amigo, el maestro, el solidario y querido colega, Arnoldo Kraus.

Para ti ya no hay más dolor, mi querido Anchul.

Descansa en paz, amigo mío.


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Paulina Rivero Weber
  • Paulina Rivero Weber
  • [email protected]
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
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