El Sol mordido por un monstruo en batalla; los indígenas antiguos de Mesoamérica lanzaban flechas ardientes al cielo para ayudar al Sol contra la bestia y a la vez evitar la oscuridad.
El cielo visto como un medio a través del cual los planetas tienen mensajes de los dioses; esos mensajes eran traducidos por médicos-sacerdotes.
Por lo general el sacerdote estaba muy atento a lo que “decía el cielo” para trasmitirlo al Rey; mensajes como cuándo iniciar o suspender una guerra, próximas lluvias o sequías, pero también epidemias y enfermedades.
Todo un calendario; Para los nacidos bajo la influencia de Saturno les espera una personalidad melancólica, llena de tristeza y depresión.
Mientras Venus tendrá que ver con el amor y el sexo; de ahí las enfermedades venéreas como la Sífilis.
Los esquizofrénicos serán reconocidos como lunáticos. Ni que decir de los virus; por ejemplo, el virus de la Influenza; los astros como monarcas de la enfermedad.
Hoy en día, aun quedan muchos vestigios de estas creencias astrológicas en los hospitales.
La luna llena, dicen los pediatras y ginecólogos que trae consigo un aumento del número de partos nocturnos; las enfermeras de la sala de partos lo pueden confirmar.
Durante un Eclipse lo mejor es proteger a los bebés de una madre embarazada; pues dicen que si nacen bajo un eclipse tendrán Malformaciones Congénitas; para protegerse de esa posibilidad todas las parturientas utilizan tijeras en las bolsas, o se cuelgan un seguro metálico para que el hierro poderoso las proteja de esas energías eclípticas.
El tabú, y los planetas tabuados se apoderan de los hospitales; por si “las dudas” muchos esconden algo metálico en sus bolsillos.
El miedo imaginario es tan real como el miedo que se le tiene a una inyección o un cuchillo.