Cultura

Telaraña magnética

Francisco González Crussí. Material de Lectura. Ensayo. Selección y nota introductoria de Brenda Ríos. UNAM. México, 2023.
Francisco González Crussí. Material de Lectura. Ensayo. Selección y nota introductoria de Brenda Ríos. UNAM. México, 2023.

Escasos científicos pueden hacer que sus textos tengan otro tipo de público, nuevas rutas de salida a sus investigaciones. Y esto se debe a que no todos los especialistas, sin eliminar términos propios de su materia, pueden volver sencillo lo complejo. La academia está llena de libros para ese público, y no encuentran otro espacio. No obstante, esa limitante se desgaja cuando el autor posee la habilidad de invitarnos a la reflexión y, a la vez, derribar mitos sobre la complejidad. Se trata de autores excepcionales, inquietos, activos, lúcidos, que demuelen con su pluma ese muro anquilosado de la academia y hacen que sus textos se inscriban en la mejor tradición del ensayo moderno.

A este grupo pertenecen autores como Oliver Sacks, quien ha abordado temas como el autismo y la herbolaria en nuestro país; Federico Ortiz Quezada con la muerte; Jesús Ramírez-Bermúdez con la melancolía y la depresión; y Francisco González Crussí (Ciudad de México, 1936) con la muerte y el cuerpo humano. Todos ellos científicos, interesados en cruzar esa delgada línea que divide a los ensayos analíticos con la sagacidad de una buena prosa.

Socorro Venegas, directora de Publicaciones de la UNAM, tuvo la acertada idea de reunir algunos ensayos de este notable autor, el doctor Francisco González Crussí. Entre sus libros se encuentran La fábrica del cuerpo (2006), El rostro y el alma. Siete ensayos fisiognómicos (2014), La enfermedad del amor (2016), Del cuerpo imponderable (2020), y Más allá del cuerpo. Ensayos sobre la corporalidad. La selección y la nota introductoria están a cargo de Brenda Ríos, quien observa cómo la mirada crítica, erudita y fresca de González Crussí se vale de todo lo que tiene a la mano para hilvanar su texto. “Combina la escritura de la medicina, historia clínica si fuera necesario, literatura, historia, historia del arte, religión y temas de noticias actuales (incluidas la nota roja o de prensa amarillista), y quizá porque posee el no sé qué de algunos escritores de no ficción que se inclinan hacia lo etnográfico, el dato de calle, de observación de la realidad, ya sea un restaurante en Nueva York, una escena en un hospital en Chicago o la casa de su madre anciana en la Ciudad de México”.

El autor escudriña la historia, la filosofía y reúne textos para todo aquel interesado en el cuerpo humano. ¿Puede haber estilo literario en ensayos sobre ciencia? En este caso sí, quizá porque es un autor excepcional. Pese a que el tema central es el cuerpo humano, hay de todo un poco. Más allá de la mirada de un cronista, de un analista o de un científico, las reflexiones del escritor van dirigidas a comparar, conciliar, exponer, y dan ejemplos de la vida cotidiana. Traza líneas paralelas, establece puntos en común, diferencias; también parte de anécdotas personales, luego aporta datos que involucran a más público, a la sociedad en general. Sabe que si su ensayo se centra sólo en casos clínicos, cifras y estadísticas, corre el riesgo de que esté dirigido a cierto tipo de lectores. Sin embargo, cuando decide abrir su conocimiento y empatarlo con otras áreas de las humanidades, el arte, la literatura, la fotografía, el cine, entonces adquiere inmediatamente más lectores.

Quien piensa que González Crussí, como patólogo y escritor, sacrificó términos médicos para poder acceder a otro público, está equivocado. Nada más alejado de la realidad. Porque Crussí selecciona un tema y lo dota de diversas aristas. Bajo su visión, una reflexión que pudiera haber sido aburrida y solemne se vuelve una cascada de conocimiento y asociaciones, cuya finalidad es despertar el interés. “La medicina tiene su jerigonza particular, que dominé pronto. Pero escribir artículos técnicos especializados suele ser un crimen de lesa sintaxis, delito que confieso que cometí muchas veces. Además, la vida me arrojó a la emigración. De modo que todo lo que he escrito está hecho en otro país, no en el mío. Y para colmo, gran parte en otro idioma, tampoco el mío. Estarán ustedes de acuerdo que en mi curriculum vitae no parece, a priori, el de un candidato a un premio literario. De eso precisamente quiero hablar: de las incongruencias y contradicciones en mi trayectoria vital”, señala.

Por cierto, en 2019, el patólogo y escritor recibió el VI Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña, que otorga la Academia Mexicana de la Lengua.

Es probable que González Crussí, acaso en sus tiempos libres, se hubiera dedicado a leer a escritores que abordan el ensayo científico y que, al mismo tiempo, ocupan un lugar destacado en las letras de México y otras latitudes. Llueven ideas de manera incesante. Ningún lector de González Crussí necesita contar con estudios de medicina para entenderlo. Alumno de Ruy Pérez Tamayo, el ensayista asimila de la obra de Addison, Steele, Samuel Johnson, Swift, Coleridge, Paul Valéry, Séneca, Cicerón y Montaigne, entre otros, la manera de reflexionar en medio de un tejido histórico que parte de la ciencia y que, como si se tratara de una telaraña magnética, pende de varios hilos para establecer relaciones en favor del conocimiento.


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Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • [email protected]
  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
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