Cultura

Los Reyes Magos literarios

Es mucho lo que tienen en común José Luis Martínez, Alí Chumacero y Juan José Arreola. Lo primero, y más importante: los tres cuentan con una obra literaria sobresaliente, aunque con perfiles diversos, y se desempeñaron además como editores. Lo segundo: vinieron al mundo en el mismo año, 1918. Además: se educaron en Jalisco, mas uno de ellos (Alí) no nació ahí, sino en un estado vecino, Nayarit. Fueron, además, discípulos de Agustín Yáñez… “Los tres fueron amigos entre sí”, escribe Adolfo Castañón en la antesala de su Fuga a tres voces, “y compartieron una triple fidelidad: a la vocación, a la inteligencia crítica y a la amistad”.

Son razones suficientes para unirlos en lo que Castañón llama un “jardín portátil”, con apuntes diversos (entre el perfil y el apunte ensayístico) que fueron escritos en su mayoría en el año 2018 por la circunstancia de sus centenarios, y valorar así su paso por las letras mexicanas. El libro, hecho para circular en los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, tiene el afán de presentar a estas tres figuras a los jóvenes estudiantes.

Es mucho lo que los une, pero a la vez son diferentes. José Luis Martínez fue historiador y crítico literario. “Curador de las letras mexicanas”, lo llamó Gabriel Zaid. Su libro sobre Hernán Cortés, y el material complementario, son fuente básica para adentrarse en ese personaje. Reunió las Obras de Ramón López Velarde… Adolfo Castañón lo recuerda por las visitas a su casa-biblioteca, en la calle de Rousseau, presumiendo un escritorio en el que, contaba Martínez, murió (por propia mano) Jaime Torres Bodet. Se lee: “El escritorio está lleno de libros y papeles. El visitante asiduo sabe advertir que esos montones no están inmóviles: se van desplazando a medida que don José Luis los trabaja, copia, transcribe, coteja, recorta, subraya, estudia”.

Adolfo Castañón, Fuga a tres voces: José Luis Martínez, Alí Chumacero y Juan José Arreola. UNAM/Colegio de Ciencias y Humanidades y Academia Mexicana de la Leng
Adolfo Castañón, Fuga a tres voces: José Luis Martínez, Alí Chumacero y Juan José Arreola. UNAM/Colegio de Ciencias y Humanidades y Academia Mexicana

Alí Chumacero fue también editor (se decía “tipógrafo”), en la Imprenta Universitaria y el Fondo de Cultura Económica. Fue prologuista y uno de los recopiladores de las Obras de Xavier Villaurrutia; e hizo lo mismo con Efrén Hernández. Tiene trabajos críticos, aunque su “amorosa raíz” es la poesía, que es breve y a la vez, por sus ecos, inmensa. Castañón lo llama “hombre-biblioteca”, y cita esto de Alí: “Para mí el libro no sólo es una expresión espiritual; es un objeto, yo sé cuando un libro está bien hecho o cuando está mal hecho. Tocar libros, ver libros, hacer libros: ésa ha sido mi vida, el libro no es un objeto ajeno, forma parte de mí mismo”.

Refiere Castañón una anécdota acerca de la escritura de “Los ojos verdes”; y se detiene luego en esa luminosa pieza que es el “Poema de amorosa raíz”, versos de juventud sostenidos por un gran cierre: “Cuando ni aún nacía la esperanza/ ni vagaban los ángeles en su firme blancura,/ cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios,/, antes, muy antes./ Cuando no había flores en la sendas/ porque las sendas no eran ni las flores estaban, cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas, ya éramos tú y yo”.

Y luego (“por último, pero no menos importante”, dirían en una ceremonia como las que se acostumbran en estos tiempos de fin e inicio de año) está Juan José Arreola, también editor, como los otros, aunque principalmente uno de nuestros prosistas mayores. Para Castañón, Arreola es un practicante de una filología radical que lo lleva a vivir y revivir la historia de la cultura y del arte como una acuciante cuestión personal. Dice, también: “artista de la prosa y de la conversación, innovador de la lengua y de la vida literarias, editor, educador, virtuoso del arte de la memoria y dictador otoñal de las propias memorias (al novelista Fernando del Paso), jugador de ajedrez y ajedrecista de la novela, improvisador relampagueante, maestro en el arte de la traducción”. Eso y más era Arreola, aunque las páginas se desborden y las letras salten de las pantallas.

Una última coincidencia de estos tres no tristes tigres (el humor de Alí Chumacero se concentra en esta frase: “No acostumbro comer entre bebidas”) es haber tenido amistad no sólo entre ellos sino también con Adolfo Castañón, que fue su discípulo, él mismo editor y ensayista, quien al tomar la pluma asume esa tercia de influencias y les rinde tributo en buena prosa por su triple magisterio.


Adolfo Castañón, Fuga a tres voces: José Luis Martínez, Alí Chumacero y Juan José Arreola. UNAM/Colegio de Ciencias y Humanidades y Academia Mexicana de la Lengua. México, 2023.



Mary Carmen Sánchez Ambriz

@AmbrizEmece


Google news logo
Síguenos en
Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • [email protected]
  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.