No obstante el compromiso contraído y cumplido por México del envío de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional a custodiar la frontera con Estados Unidos, Donald Trump amenazó ahora con elevar a 50 por ciento los aranceles al aluminio y el acero producido en nuestro país.
¿Qué necesitará hacer Claudia Sheinbaum, si el propio Trump persiste en mantener ese clima de violencia generalizada?, él aplica su política de alto gravamen de 25 por ciento que estableció esta semana, y se sumarán otras tasas ya anunciadas sobre bienes canadienses y mexicanos.
Con esas imposiciones, -de nueva cuenta las medidas draconianas de Trump, quien no respeta ni su palabra menos los acuerdos internacionales anunciados a los cuatro vientos- México y Canadá afrontarán tarifas más altas que otras naciones a los que ese mandatario ha decidido exentar como forma de apoyo a su estabilidad política y social.
El estadounidense también impondrá 25 por ciento a nivel general a otros productos manufacturados en la República Mexicana, con lo que sumarían 50 por ciento tanto para México como a Canadá y entrarían en vigor en un mes, es decir, a partir del 12 de marzo.
Y así seguirán las “políticas” deleznables de Trump, que al precio que sea, no le importará causar, quizás, hasta quebrantos a decenas de empresas mexicanas que no podrán subsistir con esos impuestos unilaterales y arbitrarios del violentador del estado de derecho.
Por supuesto que la mandataria tendrá que hacerle frente a su homólogo americano, toda vez que éste permanece en la humillación y sometimiento a nuestra nación, sin importarle siquiera los conflictos que de toda índole enfrenta México.
Será menester para la Jefa del Ejecutivo federal entrarle al juego perverso del estadounidense, si pretende mantener el orden de todos los rubros en nuestro país, toda vez de que Trump persiste en mantener un clima de alerta y humillación a todos por igual.
De nada servirá que tanto diputados como senadores establezcan nuevos derroteros como forma de apoyo a Sheinbaum si ella no se desprende de todo lo que huela o sepa al pasado reciente que tanto daño le han causado a los mexicanos en lo general.
Por ello, nuestro país sufre hoy los embates de Estados Unidos por esa política frívola que impuso el gobierno de López Obrador y que quizá no hubiera cobrado tantas facturas en la actualidad si en verdad los asuntos más relevantes se hubiesen encauzado conforme a la aplicación de la ley.
¿Qué viene mañana para México? Todo dependerá del humor en que amanezca Donald Trump, sin duda. Qué pena.