Cultura

Si algún día te pierdes, búscate donde eras feliz

¿Te has sentido desconectado de ti mismo últimamente? ¿Como si algo dentro ya no brillara igual? ¿Te cuesta reconocer en qué momento dejaste de disfrutar lo que antes te llenaba? Si alguna de estas preguntas resuena contigo, no estás solo. A veces, la vida se vuelve tan ruidosa que dejamos de escucharnos, y es entonces cuando más necesitamos recordar quiénes somos.

Aprender a reconocer que estamos atravesando un mal momento no es señal de debilidad, sino de conciencia. No siempre estamos tristes, pero a veces nos sentimos vacíos. No siempre estamos perdidos, pero sí desorientados. Y aunque lo neguemos, llega un punto donde simplemente dejamos de disfrutar lo que hacemos, y no sabemos muy bien por qué.

Ahí es cuando merecemos esa puerta que nos salva: la que nos lleva de vuelta a lo que amamos. Es fácil perdernos en la rutina, en los “deberías”, en las expectativas de otros. Pero el camino de regreso siempre está ahí, aunque lo hayamos olvidado: la pasión. El arte. La naturaleza. La escritura. La música. El silencio. Nosotros mismos.

¿Cómo saber si estamos perdiendo el rumbo? Hay diversas señales que pueden ayudarte a identificarlo: Por ejemplo, si te cuesta levantarte cada día, si sientes que el entusiasmo se ha apagado o te comparas constantemente con otros. Sientes que funcionas en automático, o si te invade una sensación constante de “esto no puede ser todo”. Pero no sabes qué falta.

El psicólogo Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido, escribió: “La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino sólo por la falta de sentido y propósito.” Y esa frase toca una fibra profunda. Porque no importa cuán duro sea el camino: cuando lo caminamos desde la pasión, no pesa igual.

No todos pueden dejarlo todo e irse a perseguir un sueño, es cierto. Pero sí podemos recordarnos a diario por qué empezamos, qué nos hace vibrar, qué nos conecta con lo que somos. Porque buscarse a uno mismo no siempre es cambiar de ruta, a veces es detenerse y mirar con otros ojos el lugar en el que ya estamos.

Reconectar con lo que amas te reestructura. Vuelve a darte dirección. Te recuerda tus valores. Te llena de energía y claridad. En pocas palabras: te devuelve a ti. Y es importante decirlo con fuerza: Nunca debemos perder la perspectiva. Lo que somos no se mide por lo que producimos ni por cuántos éxitos acumulamos. Se mide por cuánto nos respetamos, por qué tanto nos escuchamos y por cuán fieles somos a lo que nos hace bien.

En México, según datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 75% de los trabajadores experimentan niveles altos de estrés, y gran parte de ese estrés proviene de sentirse desconectados de sus pasiones, atrapados en actividades que ya no les motivan. Esta cifra debería hacernos pensar: ¿cuántas veces vivimos para responderle al mundo, pero no a nosotros mismos?

La verdadera felicidad, y con ella el verdadero éxito, no están afuera, sino adentro. En ese rincón donde todavía habita eso que amamos. La buena noticia es que nunca es tarde para regresar. Solo necesitamos hacer silencio, escucharnos y tener el valor de caminar hacia donde el corazón late más fuerte. Y si algún día te pierdes… búscate ahí. En lo que amas. En lo que te vuelve a la vida. Porque ahí es donde siempre, invariablemente, estarás tú.


Google news logo
Síguenos en
Magda Bárcenas Castro
  • Magda Bárcenas Castro
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.