La endometriosis es una afección en la cual un tejido similar a la mucosa interna del útero crece fuera de este órgano, generando una inflamación crónica.
Esta condición puede manifestarse desde la primera menstruación hasta la menopausia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la endometriosis es una enfermedad crónica que ocasiona dolor intenso durante la menstruación, relaciones sexuales, defecación y al orinar, impactando significativamente la calidad de vida de mujeres mestruantes de todas las edades.
Además de generar dolor pélvico crónico, la enfermedad presenta síntomas como distensión abdominal, náuseas, fatiga y, en ocasiones, desencadena depresión, ansiedad e infertilidad.
Aunque no hay un tratamiento curativo, los servicios de salud buscan principalmente aliviar los síntomas.
Según la OMS, cerca de 190 millones de mujeres en todo el mundo, aproximadamente el 10% de esta población, experimenta endometriosis severa, es decir, una de cada 10 mujeres se ve afectada.
A pesar de la gravedad y la extensión de esta afectación, las leyes actuales no reconocen esta problemática, imponiendo a mujeres en edad productiva trabajar incluso en situaciones de dolor intenso. Esta realidad subyace a una cultura de violencia de género que normaliza y no reconoce el sufrimiento de las mujeres.
A menudo, los médicos normalizan el dolor menstrual como un síntoma esperado, lo que complica su diagnóstico.
Hasta ahora, solo tres estados del país, Nuevo León, Colima e Hidalgo, han reconocido esta problemática y han modificado sus leyes estatales para permitir que las mujeres afectadas soliciten licencias médicas remuneradas.
En el caso de Nuevo León, la reforma se aplicó a la Ley del Servicio Civil, otorgando un permiso de hasta dos días mediante licencia médica para trabajar desde casa con goce de sueldo.
En situaciones en las que trabajar desde casa no sea posible, la reforma contempla flexibilidad.
Lamentablemente, estas medidas no tienen un alcance nacional, dejando a muchas mujeres sin el reconocimiento de estos derechos establecidos por estos tres estados.
El 10 de enero pasado, el Congreso de Nuevo León remitió una iniciativa de decreto al Congreso de la Unión para modificar la Ley Federal del Trabajo, con el propósito de reconocer este derecho para todas las mujeres en periodo menstrual.
El año anterior, el Congreso de la Ciudad de México llevó a cabo una acción similar; sin embargo, no se avanzó en el proceso legislativo.
A nivel internacional, países como Corea del Sur, Indonesia, Taiwán, España y Zambia han implementado diversas formas de licencia menstrual.
En Japón, la licencia por menstruación existe desde 1947, aunque suele ser sin sueldo.
En Zambia, se concede un permiso menstrual de un día al mes sin necesidad de previo aviso o certificado médico.
España se convirtió en el primer país en aprobar la licencia menstrual, sin límite de tiempo y con respaldo estatal para cubrir los días de incapacidad.