Al finalizar el año, 2024, forma parte del acontecer diocesano, el fallecimiento del generoso catequista Manuel Gil Alonso, Ingeniero, quien a finales de los años 90, se acompañó de todo de todo el equipo de matrimonios, que entonces integraban la comunidad “Betania” y trasladaron su pedagogía catequética, para atender a niños, adolescentes, jóvenes y adultos, en la Colonia Las Magdalenas al oriente de la ciudad de Torreón.
Hubo cierta conmoción eclesial, pero el paso audaz ya estaba dado, y se caminaba sólo para adelante, porque para atrás no se podía porque la reversa ya estaba tronada, según se le dijo a Dn. Luis Morales Reyes, Obispo entonces de Torreón, quién al comentar el hecho, dijo, “siempre hay un roto para un descocido”, celebraba la anuencia del entonces párroco de Cristo Redentor del Hombre.
El pasado 22 de diciembre, Tobías de la Torre, quien fuera párroco de Matamoros, luego de Francisco I. Madero, y por más de dos décadas, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, en el ejido La Unión, salió del Hospital y está
ya rodeado de un buen equipo, encabezado por el P. Javier Gómez Orozco, en un ambiente de fraternidad, que es la mejor medicina para este sacerdote que ha sufrido tanto, y que queremos su salud, como mejor regalo que anhelan miles de personas con quienes ejerció su ministerio, desde hace 58 años.
El próximo primero de Enero, se celebrará en la Iglesia Católica, la 58ª. Jornada Mundial de la Paz, que provoca preocupaciones más serias, por las guerras que en el escenario mundial cada vez son más en cantidad y los argumentos que dan los dirigentes políticos, cada vez convencen menos; además, existen en muchos países las violencias que produce el narcotráfico, sin sentido ni motivación noble; añádase los argumentos de tonto que da el actual presidente electo de los Estados Unidos sobre la violencia.
Dn Luis Morales Reyes, segundo Obispo de Torreón, declaró acto diocesano por la paz, la celebración por la paz que se venía realizando desde tiempos de Dn. Fernando Romo G., en territorios abiertos de la Parroquia Cristo Redentor del Hombre, que continuó con empeño, Dn José Guadalupe Galván.
Pasando el tiempo, no se cultivaron las motivaciones de los sucesivos Papas, y al venir a menos tal celebración, sólo queda la nostalgia lastimera del hombre de campo al que le arrebataron su tierra: “Cuatro milpas tan sólo han quedado..”