Estamos viviendo una “torre de babel” por la infinita comunicación que llega a cada ciudadano del mundo, por la potencia inmensa de los medios modernos de comunicación que, al usarlos tanto, aumenta de forma desmedida nuestras incredulidades. Esto no quita el que millones de mensajes que decían: “Amlo, narco presidente”, y otras parecidas, no se les dio credibilidad. ¿Por qué pasó eso? Pero Donald Trump, enorme mentiroso, en su país ha encontrado que sus mentiras son una gran palanca política para seguirse manteniendo como un hombre valioso para su país.
Una de tantas mentiras de este personaje, sostiene que los trabajadores mexicanos que fortalecen tanto la economía norteamericana, esos valiosos y mexicanos(as), son una invasión para ese país que debe su prosperidad al fenómeno migratorio. Y busca quedar bien con sus apoyadores con las famosas redadas que, según datos, son la base de la actual riqueza de ese extenso país. Los paisanos, que estudian historia se la recuerdan cuando en pancartas le dicen: nadie es extranjero en una tierra robada”.
Narciso Barranco es un mexicano originario de Cuernavaca (Morelos), es un jardinero honesto que tiene 31 años trabajando en los Estados Unidos. Hasta el lugar donde se gana la vida, lo atraparon policías norteamericanos para deportarlo a México. Ingratos norteamericanos cuando el trato que se merece este ciudadano es otro. Además de su trabajo honrado, sus tres hijos son miembros del ejército de aquel país, que actualmente tiene unos gobernantes faltos de corazón que, han pensado que el odio, el racismo, la discriminación, etc., son palancas políticas para humillar a muchos pueblos del mundo.
Hay muchos mexicanos que creen que es una maravilla la democracia de los Estados Unidos y que sus instituciones son ejemplo de admiración. Pero la prepotencia de sus dirigentes, el ocultamiento de tantos informes, que por ley deben dar a México, dicen más bien que llevan una política de hipocresía, que no se debe manejar a la altura de la soberanía de los pueblos.
