Política

¿Cómo entender lo que siente el pueblo?

  • Areópago
  • ¿Cómo entender lo que siente el pueblo?
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Estamos en semanas de adivinanzas para saber que piensa, qué siente y qué quiere el pueblo, con ocasión de las elecciones más grandes de la historia moderna de México. 

Las encuestas que se publican sobre candidatos, para muchos no son confiables y ya se sabe que el secreto del voto es el que define el camino de las predilecciones. 

Que nos sirva este hecho nacional para realizar una reflexión evangélica que nos ilumine caminos, basados en el estudio del Evangelio de San Marcos.

San Marcos escribió el primer relato bíblico que se le conoce como Evangelio, escrito antes del año 70 de la era cristiana, que sirvió como luz para tomar criterios evangélicos, para los tiempos de revuelta, antes de la destrucción de Jerusalén y los años posteriores hasta la destrucción de la fortaleza de Mazda, en el año 74. 

San Marcos tuvo la suerte de que iluminó el camino de aquellas primitivas comunidades cristianas ya que no apareció otro escrito, Evangelio, hasta los años 80 y 100, cuando aparecieron los otros tres que conocemos.

Unos estudiosos de la Biblia, dicen que San Marcos escribió para los cristianos de Roma, donde San Marcos acompañaba a San Pedro, y no faltan santos que dicen que San Marcos es el intérprete de San Pedro. 

Es San Marcos un evangelista muy andariego, que acompañó a los santos Bernabé, Pablo, Lucas, etc. El escrito evangélico de San Marcos, es el más pequeño de los cuatro. Escrito con una argucia admirable. 

Ayuda a las primeras comunidades cristianas para que vivan unidas en medio de las revueltas militares por la famoso guerra de los judíos, que se llevó del año 66, en el 70 con la destrucción de Jerusalén y en el 74 el vencimiento de Mazda, la última fortaleza militar judía.

Para los primeros cristianos, el Evangelio de San Marcos fue un escrito en clave, para entender cómo debería ser el comportamiento creyente, sin que suscitara la comezón persecutoria de los esbirros del Imperio Romano, que no eran nada tiernos para los cristianos que calificaban de ateos porque, tenían razones para no venerar al Cesar como un Dios, manejando con habilidad la enseñanza de Cristo: 

“Den al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, enseñanza que quiere decir: denle al Cesar dinero que le agrada y a Dios la ofrenda de la vida. 

Pero las ideologías tienen una interpretación convenenciera que dicen que en las cosas políticas, la Iglesia para nada se meta, que se ponga a rezar, con despreocupación de la justicia y la verdad.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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