Ya lo único que falta que digan los de la Opo es que los 13.4 millones de mexicanos que salieron de la pobreza no existen, que son los papás. O que Krauze anuncie que por falta de pobres se acabó la república, la democracia y el neoliberalismo tal y como lo conocemos. A un locutor ultraderechoso de veras que le costó dar el dato duro (él ama los datos duros) y lo dijo al aire todo molesto y haciendo berrinche, tanto que su fiel escudero también se puso a llorar de tristeza. Y qué decir de un medio que empieza con R y termina con A para el que esos millones de compatriotas fuera de la línea de la marginación simplemente no les resultaron relevantes, a sus editores no les pareció que fuera una nota relevante.
Por supuesto, no debe ser nada fácil de tragar una cifra de esa magnitud no solo por la cantidad de mexicanos que salen de la pobreza, sino las razones. No solo se trata de los apoyos sociales, sino también de las mejoras salariales y el rompimiento de un mito ladino y pernicioso, miserable e inmoral, de que cualquier aumento en los salarios generaría terroríficos desajustes en las estructuras macroeconómicas y un apocalipshit en la inflación. Bueno, hasta había una institución para mantener a fuerza el salario mínimo en lo más mínimo, donde su titular ganaba más que la ministra Piña.
El único pobre que les parece digno de la atención mediática de la derechairiza es Caldedrunk que, según Alazraki y su PRIANdilla, vive en el Bordo de Xochiaca de Madrid. Gente fanática de Pedro Aspe que jura que “la pobreza es un mito genial”.
En ese sentido el que sí se la bañó pero supergacho fue Chertorinski Krispis, el ex candidato de Movimiento Chafaldrano por la Ciudad de México (uno de los gentrificadores primigenios y el que iba a resolver el covid en 15 días con el Mago Frenk y Pepito Narro), que alegó muy probablemente desde una sobredosis de baja autoestima, que quien dejó sentadas las bases para que los pobres dejaran de ser pobres fue, nada más ni nada menos, que mi licenciado Peña. No se rían. Hasta don Kike, desde la augusta y cómoda padroterapia en la que vive ha de haber gritado: “¿¿¿Y yo por qué???”.
¡Eso no se le hace a un salinista neoliberal! Cómo que acusarlo de luchar contra la pobreza, esa sí es una bajeza. Peña no se birló hasta el papel de baño de Los Pinos y armó la Estafa Maestra con Chayito Robles, para que lo anden acusando de tener preocupaciones sociales, voy voy. El Cherto no se la va acabar.
Se ve que lo asesoró Gil Dark.