Kike Krauze -el agorero del desastre alfa-, se la toma con calma para asegurar que Lord Montajes Loret es el nuevo Julio Scherer. Y seguramente no lo ha hecho porque le agarró la mano el chango, no tanto por pudor. Digo, si le dijo al Mussolini de la torta ahogada, Enrique Alfacho, que era el nuevo Mariano Otero es capaz de cualquier cosa, incluso asegurar que junto a Loret, Kapucinski no es nadie.
Mientras llega ese feliz momento, el poco talentoso señor K, en un tonito que parece inspirado en Alititito Moreno (¡no le digan vendepatrias al vendepatrias!), volvió a anunciar que la Dictadura va a acabar por enésima vez con la democracia, y que nos van a caer las siete plagas de Egipto por culpa de la Reforma al poder perjudicial.
Solo el Chicharito y Verástegui son más necios en su defensa del machismo primitivo, que Krauze viendo comunistas hasta en Letras Furris.
Ya veo a mi Kike alegando que la verdadera víctima del caso Cassez-Vallarta, no fueron la mujer que fue secuestrada o el hombre que pasó 20 años en la cárcel sin una sentencia, sino Carlos Loret. No se rían. Y luego continuaría con su exaltación de la Ministra Piña y su feligresía que tantas maravillas judiciales derechuecas nos heredó.
Y es que como Krauze, la intelectualidá derechosa decidió pasarse por alto la investigaciones periodísticas y judiciales, los libros de Volpi y de Emmanuelle Steels, además de un documental que podrían ver en Netflix, si no estuviera clavados con Mentiras en el musical y La casa de los infames, digo, de los famosos.
Se les olvidaron los montajes de #LordMontajes (que curiosamente anda desaparecido desde que Vallarta lo retó a tener un debate público, le hichoachí), las demenciales intervenciones de Caldedrunk, García Luna Productions, el Poder Perjudicial, la derechairiza mediática y así.
Como los reaccionarios reaccionan, la oposición no tardó en explicar el caso Vallarta y su liberación con una dizque cortina de humo para beneficiar a ¡Adán Augusto! No se vuelvan a reír. #NoMaMarx!
Y el cuestionamiento a los muy dudosos métodos periodísticos de Loret (la mítica entrevista donde Israel es golpeado mientras lo cuestionan), brilló por su ausencia. Esta bien que la manipulación es lo suyo, pero esto si fue una cosa un poquito exagerada. Ni el negro Durazo se atrevió a tanto.
Digo, si esta clase de métodos fueran parte de sus métodos periodísticos, qué raro que no se los aplicara a Xóchitl, Alito, Duarte o mi Tatankita Córdova
