Ya habiéndola cruzazuleado, la oposición la volvió a cruzazulear, como si no la hubiera cruzazuleado lo suficiente. La última chance que tenían para acabar con la reforma al Poder Perjudicial, encabezada por el magistrado calderonicolita, Reyes Rodríguez Mondragón, se fue al infierno por inconsistente, falta de pruebas y mala leche. Una vez más quedó en ridículo, como cuando con todo y conflicto de interés apoyó a Calderón y la Zavala para tener su partido político, pero el proyecto era tan chafa que hasta mi tatankita Córdova se tuvo que ver en la penosa necesidad de desecharlo.
Reyes Rodríguez, verdaderamente patético, todavía quiso aventarle a la magistrada presidenta, Mónica Soto, unos chistecitos misoginitos sobre ella y los acordeones, de tan mala entraña que el tiro le salió por la culata. Le dieron un sonoro soplamoco muy cercano al que le aplicó Beatriz Gutiérrez Müller a los del periódico ABC por mentiroso y necio, que todavía no saben dónde acabaron sus dientes.
Así no solo se le cantan “Las golondrinas” a la ministra Piña, sino también al calderonismo, al que solo le quedan dos representantes de su más repugnante misoginia: Javier Lozano y el moñero calderón, que no pudieron ser más bajo, pueriles y barbajanes al referirse a doña Beatriz.
Algo casi tan patético como los últimos shows de Kinky Téllez. Antes se generaba algo de diversión, un poquito de entusiasmo, tantito entretenimiento, pero a fuerza de ser repetitiva y predecible, ha terminado por ser aburrida.
Ha dicho mi querido maese Jesús Ochoa que es muy probable que ella sea una infiltrada de López Obrador con la misión de destruir a la ultraderecha nacional desde dentro. De otra manera, no se explica su freak show de feria.
Eso de pedir que Donald Trump invada México —por eso la presidenta Sheimbaum la ha llamado vendepatrias— habla no de la necesidad de una terapia, sino de un exorcismo. Ni en la Loca Academia de Miramones se le aprecia, me cuentan.
Supongo que ante la caballada que está muy flaca de nuevos liderazgos, en la opo no saben con quién sustituirla. No hay nadie en el panorama que pueda asumir un liderazgo sensato, inteligente, propositivo y refrescante.
Y con las ultimas declaraciones de la ex ministra Piña, pues no se le ve mucho empaque para hacer política. Aunque Carmen Derechairistegui quiso ayudarla casi declarándola víctima del comunismo lopezobradorista-sheinbaunista, Normita la del varo hizo un melodramón de campeonato.
Así está requetedificilísimo.
