Debemos preguntarnos si la anunciada y cacareada disminución de la pobreza en México correspondientes al 2024 anunciada el pasado miércoles mediante un boletín de prensa por el INEGI, instituto que por primera ocasión realiza dicha medición al desaparecer el CONEVAL, organismo especializado que tenía a su cargo esa tarea, es cierta o fue manipulada.
Dicho informe presenta, sin lugar a dudas cifras alentadoras, ya que en términos de población de 2018 a 2024 el número de personas pobres se redujo de 51.9 millones a 38.5 millones de personas, pero en pobreza extrema multidimensional disminuyó de 8.7 millones de personas en 2018 a 7 millones en 2024, esto es una reducción de sólo 1.7 millones de personas en pobreza extrema. Medida la pobreza extrema desde el factor ingresos estos disminuyeron de 17.3 millones de pobres extremos en 2018 a solo 12.1 millones en 2024.
Sin escatimar ese logro, preocupa que la carencia que aumentó durante ese periodo en forma notable fue el acceso a los servicios de salud, situación que es inaceptable por su gravedad, máxime que mucho del ingreso adicional que perciben las personas lo destinan a cubrir ese rubro. Anuncian nuevos hospitales pero ninguno tiene ni insumos ni medicinas,
El INEGI nos debe explicar si en verdad utilizo la misma metodología que utilizaba CONEVAL o como señalaron algunos economistas, simplemente bajaron la línea con la que se determinaba el grado de pobreza y por arte de magia desaparecieron millones de pobres. No se trata de escatimar, simplemente debemos señalar si ese nuevo ingreso que reportan las personas les alcanza para vivir lejos de ese ambiguo concepto tan manipulable de “pobreza”
De 2018 a 2024 el número de personas sin acceso a los servicios de salud se incrementó en 2024 de 22.5 millones a 44.5 millones de personas, dato sumamente revelador.
Las cifras son extrañas si analizamos el reporte ya que señalan que hay 46 millones de personas con ingresos menores a la “línea de pobreza” pero reportan como pobres a 38.5 millones, ¿done queda el resto?
Es cierto que en algunas entidades con empleo pleno sí disminuyó la pobreza gracias a los salarios que en ellas se pagan como es el caso de Nuevo León y Jalisco, estados que lideran la reducción de pobreza en el país, pero en la gran mayoría está cosmética disminución se provoca gracias a las transferencias de dinero que realiza papá gobierno vía programas sociales, sea el de adultos mayores, becas del bienestar, etc. Lo cual si provoca una disminución temporal de la pobreza.
El otorgamiento exponencial de apoyos bajo las siglas del bienestar no tiene posibilidad real de seguirse otorgando y menos en un país tan endeudado como el nuestro, ya que ahora nos damos cuenta que muchos de estos programas del bienestar fueron financiados con endeudamiento del gobierno federal, situación que no puede ni debe seguir sosteniendo Sheimbaum ya que simplemente le estamos transfiriendo su costo a las próximas generaciones, y posiblemente para seguir con sus dádivas electorales basadas en gasto corriente e inversión en proyectos no rentables que provocan un enorme déficit fiscal, solo provocará que el gobierno se vea tentado a emitir más dinero circulante sin soporte alguno o recetarnos un jugoso incremento de impuestos para financiar esta errónea política, ya que la disminución de la pobreza debería provenir de oportunidades laborales y no de dádivas, insisto o de incrementos al salario mínimo que se eliminan con la inflación.
Lo bueno, es que los estados con mejor cobertura de salud son Nuevo León, Baja California Sur, Coahuila y Chihuahua y Jalisco tiene un honroso lugar por arriba de la media nacional. Esperemos que los economistas nos digas si la reducción es de aplaudirse o es una vil manipulación.