Uno de mis entrañables amigos en Tampico se llama Javier, es un hombre de honradez intachable; educado, caballeroso y decente, pero sobre todo sincero a la hora de emitir una opinión nacida del alma, de sus creencias y convicciones.
A diario Javier nos manda a un selecto grupo de WhatsApp su pensamiento del buen vivir, de hacerlo positivamente, de ver a quienes ayudar, a meditar sobre como ser mas plenos y felices, pese a las adversidades cotidianas a las que el país y su gobierno nos empujan.
Ayer mi camarada se hacía la pegunta sobre como reconocer a un abuelo en su día y su respuesta contundente fue: “De regalo quiero una patria mejor, como la de mis tiempos (de juventud), de respeto, una educación con valores, tanto en la escuela como en el hogar, deseo una economía siempre variante, pero no exagerada como ahora en precios de bienes y servicios”.
Y continuaba: “Quiero ver la verdad en cada acción pública y de sus dirigentes, pues son pseudo lideres aprendices de todo”; “Añoro la justicia, la salud de todos y la paz nacional”.
“Que no se hinque a nadie por las pensiones y regalos de efectivo al por mayor, con un falso socialismo que les da dinero solo a ellos, de todos los colores, pues son puros camaleones y vividores”.
Hoy, recalcaba, “no tengo nada que festejar como abuelo, mi país sigue hundiéndose con mucha pobreza, por la falta de atención a la salud por doquier”.
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Y como conclusión remataba: “Ojalá pase esta pesadilla de deformación, aunque seguro vendrá otra de otro color, en donde la política es y seguirá siendo una industria sin chimeneas”
Su razón es innegable, la situación no es nada halagüeña; Crímenes horrendos, desapariciones, secuestros, extorsiones, feminicidios, asaltos, abusos físicos y psicológicos a grupos vulnerables, pésimas escuelas públicas, hospitales de cuarta sin camas y medicamentos, corrupción descarada, son unos pocos ejemplos de que efectivamente no hay mucho que festejar.
Pero eso si, ser abuelo es un privilegio y dependerá de cada uno gozar en lo particular de esos benditos regalos llamados nietos.
Gracias por tus palabras amigo Javier, sigue siendo como eres, porque aun con lo escabroso del empinado camino tú lo sabes emparejar.