¿Qué sería de esta página del fondo sin el senador Noroña? Nada, sólo tinta seca. Terminaba la sesión en la Cámara de Senadores, Alejandro Moreno le reclamó a Noroña que no le hubiera otorgado la palabra y la cosa subió de tono. Pero los legisladores tenían que entonar el Himno Nacional. Patriotas al fin, Alito y Noroña cantaron los mexicanos al grito de guerra. Y cuando hubo terminado el himno patrio, Alito reclamó, no airadamente sino a empujones, y Noroña como que quiso defenderse, pero dejó mucho que desear, y miren que está grandote, pero nomás agachaba la cabeza.
Alito, convertido en el hombre verde, tiraba bofetadas, pues no puede decirse que fueran puñetazos, si le ha arrimado uno a Noroña estaríamos todos cantando “El desaparecido” de Manu Chao. Oiga, Alito, a qué gimnasio va usted, Gil quiere ir, pero si está en Campeche le queda lejos. Y empezó la zacapela. ¡Pum, zac, cataplum!
Ya, inche Noroña, ni aguantas nada, ¿no que muy trompo? En la trifulca, el legislador Carlos Gutiérrez se puso jarioso y que se le atraviesa un camarógrafo, don Emiliano González, y que el priista lo arrasa, ¡mole! Ya en este momento se le conoce como el Mártir del Senado. En la fotografía aparece don Emiliano con el brazo en cabestrillo y un collarín. No manchen, ni que lo hubiera atropellado una troca de Los Chapitos.
Más tarde, Noroña, enfebrecido, culpó a los medios, en una entrevista con Pepe Cárdenas, de tergiversar, manufacturar, o como se diga, los hechos. Ay, Noroña, Noroñita. Vengan todos, ¡le pegaron a Noñorita!
Vamos a Tepoz
Todo esto, por fortuna tendrá solución en la casa de Tepoz. Ahí nos vamos a relajar. Sí, Gilga se refiere a la casita que Noroña ha comprado mediante un crédito hipotecario, anjá, su casa de Tepoztlán, Morelos, valuada en 12 millones de pesos. Noroña no negó su casa de mil 200 metros, e incluso aseguró que es pública y se puede encontrar en su declaración patrimonial; sin embargo, sí mostró molestia. Noroña se molesta bastante, pero luego baja la cabeza, con periodistas que en conferencia de prensa cuestionaron su coherencia al obtener bienes de millones de pesos siendo representante de Morena y la 4T.
Lean ustedes esto: “Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero. Yo era franciscano, porque como hijo del pueblo, estábamos bien fregados”. Noroña no sabe lo que dijo, nunca sabe lo que dice. Esto lo va a saber el ex presidente Liópez, y con él no hay tu tía.
Se trata de una casa que Noroña, quien también ha sido acusado de viajes lujosos por Europa, le compró a una mujer, quien también le dejó muebles y algunas artesanías; sin embargo, con los años el senador y su pareja le “dieron su toque”.
“Soy tan feliz en este lugar, aquí me he recuperado y aquí vivo a toda madre... Y antes de que mande el dron ‘Loretito’ (en referencia al periodista Carlos Loret de Mola), pues ya les enseñé. Para que arda la derecha diciendo tonterías... Para que ardan diciendo: ‘no puedes vivir decorosamente, no es austero’. Confunden los cretinos y mezquinos las políticas públicas con lo que tú hagas con tu dinero”, comentó Noroña sobre sus lujos al presentar la casa cuando todavía la rentaba.
Sea feliz, Noroña, el cinismo es una forma de la dicha.
Casa contra casa
La presidenta Claudia Sheinbaum evadió este miércoles hablar de la casa de 12 millones de pesos del presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña. En su conferencia matutina, la mandataria insistió en señalar que Estados Unidos ha puesto al ex secretario de Seguridad, Genaro García Luna, al mismo nivel que los narcotraficantes Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán.
¿Qué les parece más importante, la casa de Noroña en Tepoztlán, que vive ahí desde hace no sé cuántos años, o que la DEA haya dicho que García Luna está al mismo nivel que los otros dos capos? Pero hacen un escándalo por lo de Noroña. ¡Válgame la virgen!, gritó Gamés en el amplísimo estudio.
Sheinbaum afirmó que el caso de Fernández Noroña ha sido tema de conversación en los medios “para no hablar del otro —García Luna—“. Además, señaló que el senador morenista ha compartido imágenes de su residencia desde las cuentas de sus redes sociales.
“Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero”, dijo Noroña. Desde luego que no, medita Gamés, ya todos nos hemos dado cuenta.
Todo es muy raro, caracho, como dirían en la cantina: “El que escupa primero”.
Gil s’en va