Una de las más claras consecuencias del auge de los discursos políticos basados en el odio ha sido no sólo un incremento del racismo, sino de ciertas expresiones fundamentadas en el esencialismo racial, que son la base para los discursos y políticas de xenofobia y discriminación en varias potencias occidentales como Estados Unidos, Inglaterra, Italia, España, Alemania, Francia, Holanda y varios países más. Y, como bien sabemos, el problema va más allá de los líderes, discursos y políticas que descansan en el odio racial, sino que de alguna manera envalentonan igualmente a sectores de la sociedad que consideran tener una especie de permiso para expresar este tipo de ideas tanto en sus redes sociales como en ocasiones en otro tipo de plataformas, como sucedió recientemente con una campaña publicitaria masiva en Estados Unidos que ha generado gran controversia.
Se trata del anuncio de American Eagle que protagoniza la actriz Sydney Sweeney, que vincula directamente su belleza con la superioridad de sus genes, pues en algún momento afirma ella misma en voz en off: “Los genes son transmitidos de los padres a los hijos, y a menudo determinan rasgos como el color del cabello, la personalidad e incluso el color de los ojos”, para después añadir, en un juego de palabras fonético en inglés entre “genes” y “jeans”: “my jeans are blue”, aludiendo tanto a los pantalones de mezclilla azules como a los genes que determinan que sus ojos sean azules. Y por si el juego de palabras no fuera suficientemente explícito, en otro anuncio de la campaña aparece Sweeney simulando pegar un cartel publicitario donde aparece la expresión “Sydney Sweeney tiene grandes genes”, con la palabra “genes” tachada para sustituirla debajo por “jeans”. Es decir, que no es ninguna exageración políticamente correcta ni woke afirmar que la campaña postula que los “grandes genes” son aquellos que conducen a que alguien tenga el cabello rubio y los ojos azules.
Como era de esperarse, rápidamente Donald Trump se pronunció a favor del anuncio, recordando además que Sweeney está registrada como votante republicana. Y todo lo anterior sucede bajo un contexto en el que las redadas de ICE se producen principalmente a partir de perfiles raciales, al grado de que también desde el punto de vista de sátira cultural, en un reciente episodio de South Park aparece la secretaria de Homeland Security, Kristi Noem, dando instrucciones a los agentes de ICE para que “¡Detengan solo a los morenos!”, como seguramente ocurre al momento de perfilar racialmente a los objetivos de las redadas.
Igualmente en México se vivió hace poco el incidente viralizado donde la modelo y actriz Ximena Pichel, que pasó a ser conocida en redes como Lady Racista, insulta con profunda rabia a un policía que cumplía con su deber, llamándolo precisamente “negro” como insulto. Y no es difícil encontrar en redes numerosos videos donde en su mayoría chicos y chicas jóvenes dan voz a ideas llenas de prejuicios de clase y raciales, exponiéndolas como si fueran un hecho natural al que ellas y ellos simplemente se atreven a nombrar de manera explícita.
Y quizá la peor lección de todo esto fue que tras el apoyo de Trump al anuncio de American Eagle, las acciones de la compañía se dispararon 23 por ciento, con lo cual queda claro incluso a nivel económico y de inversiones millonarias lo aceptables que resultan a gran escala los prejuicios de esencialismo genético y racial, y todo en una época donde a nivel discursivo formal e incluso legal, en teoría se habían superado ideas y teorías tan absolutamente abominables.