“Mi vida va prohibida, dice la autoridad”
Clandestino, Manu Chao
A dónde ir cuando tu tierra es una amenaza y si te vas te persiguen? Esta es la pregunta de miles de personas que han sido deportadas de Estados Unidos, y que hoy tienen que elegir entre regresar a las condiciones que los obligó a huir, o intentar, otra vez, cruzar la frontera.
Cuando les han quitado todo, no hay nada qué perder. Así se aferran a sus maletas en busca de un terreno fértil para sembrar la esperanza de mejores días.
La pobreza, la falta de oportunidades y la violencia han provocado el desplazamiento de comunidades enteras, ignoradas por sus gobiernos y dominadas por grupos criminales, un panorama desolador que los ha orillado a buscar su sobrevivencia en otros territorios, y esa es la promesa del sueño americano que ahora se ve roto.
Estados Unidos, construido históricamente por migrantes por la esperanza de un nuevo comienzo, ahora ha emprendido una cacería de quienes buscan lo mismo, una persecución racista que criminaliza a latinos, los denigra y los saca de manera inhumana. En ocho días, más de seis mil personas han sido enviadas a México como parte de las políticas antimigrantes de Donald Trump, de las cuales más del 20 por ciento son de otras nacionalidades, pero su historia está lejos de terminar.
Entre quienes han alcanzado la meta y regresaron a la casilla de inicio hay más de 400 jaliscienses, de los cuales, alrededor de 70 por ciento apostará nuevamente su vida para pasar el muro. Hay otros que han tenido un recorrido más largo, y tampoco están dispuestos a tirar la toalla. Es el caso de Sinaí, quien contó a la periodista de MILENIO, Josefina Ruiz, cómo ella y su familia huyeron de la pobreza en Venezuela, y aunque ahora será más difícil entrar, no desisten, pues volver a casa no es una opción.
Como ella, miles de personas huyen de la condena de nacer en un lugar hostil, se lanzan a un camino incierto por la sobrevivencia, en el que atraviesan selvas, esquivan balas, sufren abusos y pasan hambre. Cuando volver al hogar significa la muerte, seguir y resistir es la única respuesta, sino, ¿a dónde?
