Luz Raquel, mujer de 35 años, madre y responsable de un menor diagnosticado con autismo, fue quemada viva a unas calles de su domicilio.
Ella pertenecía al colectivo “Yo cuido México”. Es una asociación que busca visibilizar el cuidado como un trabajo y como un derecho, basado en la corresponsabilidad de las familias, de la sociedad, del mercado y el Estado.
Luz Raquel ya había acudido a las instancias del estado de Jalisco para denunciar las amenazas en su contra y demandar condiciones óptimas para poder cuidar del menor.
Las denuncias no evitaron su asesinato.
Cuando las instituciones son lentas o inoperantes al momento de atender las llamadas de urgencia de la ciudadanía, el cuidado vecinal se vuelve prioritario.
Luz Raquel había recibido amenazas públicas. Es muy difícil que los vecinos más próximos no tuvieran conocimiento de la situación violenta que se estaba desarrollando en el lugar donde viven.
Más aún, el asesinato sucede en el parque. Una mujer es quemada viva en el espacio dedicado al encuentro y esparcimiento.
Que este hecho haya sucedido en el parque del barrio puede interpretarse en al menos dos sentidos.
Se puede presumir que el vecindario fue indiferente a la situación violenta que vivía Luz Raquel. Ante las amenazas recibidas no se creó una red de protección hacia ella y el menor.
Por ejemplo, que los vecinos construyeran un acuerdo para llamarle de manera constante para preguntarle si todo está bien.
Es posible que haya habido personas vecinas interesadas en ayudar a Luz Raquel, pero no sabían cómo hacerlo.
Formarnos para intervenir en la transformación positiva de los conflictos nos ofrece beneficios para nuestra vida personal y para aportar en la vida vecinal.
Cuidar de nosotros mismos y de los otros, sin quitar la responsabilidad de las instituciones, es clave para construir una cultura de paz.
@davidperes_
