Nadie conoce mejor el terreno que quién vive en él. Por eso, cuando hablamos de capacitar al personal estratégico de la organización, el principal insumo del instructor es la persona que sustenta la información del clima organizacional.
Y aquí vale la pena clarificar los conceptos de clima y cultura organizacionales: el clima, está relacionado con la energía y la motivación del grupo al que se le dará instrucción; la cultura, por su parte, se refiere al sistema de valores y creencias que, de alguna manera, dan un marco de comportamiento al capital humano.
Por ello, en mi experiencia como capacitador, es fundamental obtener información de ambas, pero el detalle del clima permite dar contexto a las sesiones e implementar las dinámicas adecuadas para motivar el cambio (de aptitud o actitud) que se requiere.
Y entonces, aquí viene la pregunta machín: ¿quién sería, en este momento, la persona que tendría la información del clima de tu negocio?
Esa persona que, sin darle muchas vueltas, podría dar un perfil detallado de los ánimos de los participantes al curso o taller, y ayudar al capacitador a generar los motivadores correctos que promuevan los ajustes requeridos y, en consecuencia, el famoso cambio de chip.
Porque, por si no te quedaba claro, cada que una persona es capacitada con la metodología adecuada, cambia.
Si el instructor es bastante bueno, ese cambio se replica en la mayoría de los asistentes (idealmente, en todos).
Y si la instrucción estuvo alineada a la expectativa del nuevo clima organizacional, la empresa misma cambiará.
Entonces, al estar decidiendo quién será el próximo capacitador, solicítale referencias de otras organizaciones en las que haya colaborado.
Este es el mejor visor de los resultados posibles, y del nuevo estado de vida de tu empresa. ¿Platicamos?
