Ucrania no será parte de la OTAN. Esta condición para la paz parece ya estar acordada. Las negociaciones estarán centradas, entonces, en las otras dos: concesiones de territorio a Rusia y garantías de seguridad a Ucrania.
“Donald Trump no ha dicho cuánto territorio tendrán que ceder los ucranianos a Rusia a cambio de las garantías de seguridad estadunidenses”, señaló esta semana The Economist. No queda claro, en efecto, qué papel desempeñará Estados Unidos en las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Moscú exige algo que no ha podido conseguir por medio de las armas: el control integral de las regiones parcialmente ocupadas por la fuerza: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, además del reconocimiento formal de la anexión de Crimea, ocurrida en 2014. Esas regiones, cabe recordar, hablan ruso, fueron durante siglos parte de Rusia, al igual que Crimea. La parte más codiciada por Moscú es el occidente de la provincia de Donetsk, una línea de 50 kilómetros de largo, que comprende cuatro ciudades y varios pueblos, y que hoy está en manos de Kiev. Es una de las zonas más fuertemente fortificadas de todo el país, sobre todo alrededor de Sloviansk y Kramatorsk, desde hace diez años bastiones de la defensa de Ucrania. Putin necesita tenerlas para obtener el control del Donbás. Desde ahí podría también, eventualmente, amenazar otras regiones de Ucrania. Zelenski está abierto a negociar concesiones de territorio a partir de las posiciones establecidas en el frente de combate, pero ceder esas ciudades, que no han sido ocupadas, no solo sería complicado desde un punto de vista constitucional y político, sino temerario desde una perspectiva militar.
Las garantías de seguridad van de la mano de las concesiones de territorio. Ucrania no debe volver a ser atacada por Rusia. Italia ha propuesto, para lograr esa disuasión, adoptar un dispositivo similar al artículo 5 del Tratado de la OTAN. Eso significaría que, en caso de agresión, todos los aliados acudirían en ayuda del socio atacado. Francia ha dicho que no basta con un compromiso verbal, que es necesario desplegar sobre el terreno una fuerza militar. Inglaterra apoya esta iniciativa. Ambos discutieron la posibilidad de mandar un contingente de 30 mil tropas. Italia y Alemania lo ven con reservas. Rusia, por su parte, ha rechazado siempre la presencia en Ucrania de soldados europeos vinculados a la OTAN. Ahora parece que ha suavizado su postura, así como también su posición respecto a la presencia militar de Estados Unidos. Trump ha dicho que su país puede, sin poner tropas, contribuir a la seguridad desde el aire, y que esto ha sido aceptado por Putin. Zelenski mismo afirma que un ejército nacional bien armado es una garantía de seguridad. Pero Putin reitera que cualquier acuerdo de paz debe incluir límites en el número y las capacidades del ejército de Ucrania. Rusia también quiere garantías de seguridad.
Yo espero que Ucrania haga las concesiones de territorio necesarias para la paz, que le permitiría ir muy rápidamente hacia arriba, con el apoyo de la Unión Europea (la parte más destruida por la guerra es la que cedería a Rusia). A cambio, Kiev deberá exigir todas las garantías de seguridad, las necesarias para que la disuasión sea creíble para Moscú.