Parecieran tiempos difíciles para el amor. Quiero decir: esa idea del amor como un triunfo personal, el amor como un signo más del éxito y como un contrapeso saludable que equilibra los excesos y la depredación en el capitalismo tardío tiene su auge, siempre y cuando abone a esa condición individualista y narcisista de nuestra era: el amor para Instagram, el amor que responda a las exigencias de una infografía que determina sus manifestaciones “correctas” y válidas para un sistema que se beneficia de individuos calmados y racionales, y que solo acepta “desviaciones” en cuanto sean la expresión –ya inocua– de individualidades subalternas y victimizadas.
El amor ya no es la opción de la sociedad a la guerra, sino que salva individualmente de la atrocidad del mundo; el amor ya no es el signo que une a generaciones para luchar contra el opresor, sino que es la vía para expiar personalmente nuestras atrocidades: el camino para nuestra salvación individual de la hoguera digital en la que arden los que no comprenden las nuevas exigencias de un mundo con los ojos bien abiertos.
Bienvenido el amor que conviene al poder: el amor a la comunidad que protege las áreas verdes y los monumentos.Bienvenido el amor que nos llena de flores y buenos deseos.
El otro, el incendiario que nos llena de rabia, de impotencia, no. Bienvenido el amor que nos ordena y nos vuelve mejores personas, ciudadanos digitales perfectos que ocultan las devastaciones de la separación, del desamor, del dolor y el sufrimiento.
Viva el amor “sano”, el amor que sirve para salvar el ordenado mundo del capital y sus jerarquías inalterables. El amor que cabe en un libro, en una película, en una serie. El amor que sirve para medirnos en la desgracia ajena y nos ayuda a aceptar las crisis en las que vivimos sumergidos.
Celebremos el amor que nos hace aceptar pasivamente la cancelación de nuestro futuro, el amor que no nos hará luchar contra ese destino y que nos recuerda, siempre, que todo se trata de estar bien con nosotros mismos para poder estar bien con los demás.
Bienvenido el amor útil, el amor que nos desarma… Feliz Día del Amor.
