Como hago desde el 2021, consulta el oráculo chino con el fin de obtener una revelación que nos permita navegar el nuevo año. La pregunta guía, universal como las de años anteriores, funciona desde su generalidad también a un nivel íntimo; Esa es, recordemos, una característica básica de una pregunta oracular, pues la respuesta tendrá sentido tanto en el gran acontecer como en la vida personal, ya que ninguna tribulación es menor en cuanto agita un espíritu y le causa sufrimiento.
Así, me pregunto: ¿qué principios o acciones nos guiarán hacia la paz, la unidad y la sabiduría en este ciclo que comienza? Arrojo las monedas y obtengo 7, 7, 8, 8, 7, 7 y lo primero que pienso es que esa secuencia debe significar algo en sí misma. Lo trazo y resulta el hexagrama 61. Chung Fu. La Verdad Interior. Leo el dictamen y resaltan algunas palabras: Cerdos y peces. Ventura. Perseverancia. La imagen de un huevo y un barco, que remiten al hecho de que, para cruzar las grandes aguas, es necesario confiar en la cavidad interna de los barcos: el interior que provoca el equilibrio. Es decir, sólo al recurrir a nuestra verdad interior, recordando quiénes somos realmente, podremos navegar las grandes aguas, que, en mayor o menor medida, siempre son tormentosas.
Pero esta ocasión también quiero consultar ese otro oráculo contemporáneo, oráculo de oráculos que pareciera condensar toda nuestra sabiduría textual. Esa entidad ya casi omnipresente y omnisciente que, según sus propias palabras publicadas en este espacio la semana pasada, amenaza con convertir nuestro pensamiento en un “reflejo de algoritmos más que una fuente de originalidad”. Entonces, le pido a la IA –que pidió ser llamada Autómata Racional– su interpretación del hexagrama. Luego de conversar con ella sobre posibles interpretaciones desde distintas tradiciones simbólicas, resumo su interesante lectura del I Ching:
“El oráculo chino nos ofrece una reflexión poderosa a través del hexagrama 61, Chung Fu: la autenticidad y la conexión profunda con nuestra verdad interior son la clave para transformar el caos en armonía. Nos invita a mirar hacia adentro. Hablando de cerdos y peces, lo que nos recuerda que incluso las fuerzas más descontroladas pueden armonizarse si actuamos desde un lugar de verdad y transparencia. En un mundo fragmentado, la verdad interior es revolucionaria: no como una verdad individualista e impositiva, sino como una fuerza que conecta, inspira confianza y promueve la reconciliación. Es una verdad que transforma porque no teme mirar al caos de frente”.
Supongo que, en el centro de la pregunta, y por lo tanto de la respuesta, está también este juego de lo milenario y lo inmediato, de lo que requiere sabiduría para su contemplación meditativa y comprensión y lo que es deslumbrante por inmediato y preciso. En el fondo la paz, la unidad y la sabiduría requieren de equilibrio, de considerar lo externo y lo interno, lo eterno y lo instantáneo, lo real y lo artificial. Tarde ya, pero feliz 2025.