Miles de niños se enfrentan todos los días a la complejidad del sistema educativo mexicano; sin embargo, los pasos de unos requieren mucho más esfuerzo que otros. Se trata de aquellos que sufren de alguna discapacidad o malformación y que en el municipio de San Mateo Atenco, Estado de México, artesanos fabrican con sus propias manos, zapatos ortopédicos hechos a la medida.
Esto es una práctica que adoptaron algunos de los productores de calzado, la actividad por vocación de este municipio, ubicado en el Valle de Toluca.
La mayoría de estos pares de zapatos ortopédicos se fabrican bajo pedido, es decir, se adaptan a las necesidades de los clientes y es que al menos en el taller Ortopédicos Cisne, ubicado en el barrio de San Pedro, se reciben las recetas médicas y se atiende de manera personal a los pacientes que manifiestan diversas afecciones y que en consecuencia, requieren un zapato especial.
Primero se les recibe la receta médica, después se les toman medidas y eventualmente se mandan a hacer los moldes y hormas necesarios para la confección de un zapato especial.
Para Guillermo, trabajador de este taller, cada par es único. “Es por eso que es muy diferente de cada persona. Lo que es el ortopédico es una sola línea y también lo que te estoy platicando es diferente de cada persona, de los enfermos, que no todos las personas somos iguales. Hay unas personas que tienen muchas dificultades de los pies y gracias a Dios, aquí podemos hacer o realizar su calzado, depende de cada persona lo que se requiera”.

La satisfacción, asegura, se encuentra justo en el momento en el que los clientes se van con un par de zapatos que les permitirán caminar y cumplir con sus actividades diarias, lo mejor posible.
“La gratitud que me da es cómo se van contentos la satisfacción de verlos alegres que por primera vez y no se pudieron poner zapatos aquí se se les hace su calzado depende a cómo están sus pies y eso es lo que yo me dedico a hacer los zapatos especiales; este es mi trabajo”.
Este taller lleva varias décadas en el negocio y es bastante reconocido en el municipio de San Mateo Atenco. De acuerdo con Susana Silva Almeida, representante de Ortopédicos Cisne, cada par atiende las necesidades de los pacientes.
“Depende ya de lo que requiera el el niño para entrar a la escuela, es como se realiza. Hay ocasiones en que requieren el zapato especial para lo que es con plantilla ortopédica y el zapato igual porque el zapato debe ser como de lo que es altito de aquí o que es media boca para que pueda caber su pie y su plantilla, entonces va requiriendo este el espacio adecuado para para el pie y la plantilla”.

Aquí todo funciona con precisión, y es que si bien son zapatos hechos a mano que requieren una mayor exigencia, hay un área específica en donde se trazan los moldes que habrán de funcionar para la confección del calzado, eventualmente se pasa a un área de corte de la piel o algún material que se utilice para el revestimiento; luego son cocidos o pegados, se les hacen ajustes a la suela, y finalmente pasan a ser detallados para empacarlos y distribuirlos.
El trabajo de todos, es importante porque cuidan los pasos de sus clientes.
La producción de calzado como forma de vida
Este negocio es el principal sustento de cientos de familias de este municipio que conforme avanza el mundo, también lo hace la tecnología. En el taller “Premiere”, se maneja una línea de producción modesta en tamaño, pero que cuenta con más de 20 años de experiencia.
Se trata de un taller familiar que emplea máquinas de coser, cortadoras, algunos espacios para pegar los clavos todos los zapatos, dar detalles y eventualmente su distribución.

Es un trabajo que se hace con mucho esfuerzo que ha permitido que elevar la calidad de sus productos conforme pasan los años, indicó la líder de este taller, Noemí Gutiérrez Anzaldo.
“Por la temporada de regreso a clases hay un poquito de demanda en zapatito escolar, lo que luego nos hace falta es calzado para Mateo y a todo alrededor… Que vengan aquí a San Mateo, a apoyar la industria zapatera y que los esperamos aquí en San Mateo, que vengan a comprar calidad bien y muy durable”.
Ahora bien, San Mateo Atenco es popularmente conocido como la tierra del calzado y es que es uno de los principales productores de México. Se sabe que hay marcas reconocidas a nivel mundial, tiendas departamentales y empresas que mandan a maquilar sus productos con estos artesanos, por el detalle y la calidad de su materia.
El gobierno municipal reconoce la valía de esta actividad y por ello creó la Dirección de Fortalecimiento de la Industria del Calzado. Esta área es cabezada por Gabriela Lorenzana quien dicho sea de paso no solamente es la directora, sino que también es artesana de formación, por lo que conoce perfectamente las necesidades del gremio.
“En San Mateo Atenco hay zapatos ahí fabricantes que ya venden dentro de unas tiendas departamentales, solamente con otro nombre, pero es hecho aquí en San Mateo Atenco… tenemos moda, tenemos calidad, se trabaja la piel y tenemos sobre todo un buen precio".

En términos generales, explicó que en San Mateo Atenco hay una universo estimado de 800 talleres y más de mil 200 productores, por lo que el gobierno municipal continúa con talleres y capacitaciones continuas para mantener la calidad de sus productos.
“Se ha ha buscado formas de venta en esta dirección y sobre todo la presidenta Anita nos ha apoyado mucho para que tengamos mayores ventas en el calzado… Se han hecho capacitaciones para para la venta que también ya tenemos otras plataformas de venta, no nada más es el local también, ya la venta es en redes sociales”.
SNGZ