La semana pasada, especialistas en procuración de justicia de Nuevo León analizaron en un foro la posibilidad de regresar a procuradurías y desaparecer las fiscalías.
Ya en domingo retomamos el tema en Cambios con los cuatro personajes que han dirigido ese órgano de 2015 a la fecha.
La verdad es que en política siempre hay tentaciones de regresar al pasado, como si los viejos modelos fueran la medicina a los males presentes. Hoy la discusión vuelve a girar en torno a la procuración de justicia en Nuevo León: ¿Volver a las procuradurías o mantener las fiscalías autónomas?
El ex procurador Bernardo González advierte que sería un retroceso. El actual fiscal, Javier Flores, reconoce que la autonomía es real en las decisiones, aunque no en el presupuesto. El primer fiscal General, Gustavo Guerrero, sostiene que lo importante no es el método de designación, sino que exista una verdadera independencia en el ejercicio. Y Roberto Flores, otro ex procurador, es tajante: cuando el investigador depende del Ejecutivo, el Ejecutivo abusa.
Todas estas voces coinciden en algo: la autonomía de las fiscalías es un logro que nació de la exigencia ciudadana, no de la voluntad política. Antes, el procurador era un apéndice del gobernador. Hoy, con todas sus fallas y pendientes, el fiscal puede decidir el rumbo de las investigaciones y defender, aunque a medias, su presupuesto.
El debate que abrió el senador Waldo Fernández no puede ser rehén de la grilla. Si de verdad se va a discutir, deben ser las barras de abogados, las universidades y la sociedad civil quienes marquen el rumbo. Porque lo que está en juego no es un nombramiento, sino la confianza en las instituciones.
Regresar a las procuradurías sería aceptar que el poder político controle otra vez la persecución penal. Sería ignorar que la autonomía se conquistó para evitar los abusos de siempre.
Al menos eso es lo que se desprende de lo platicado con cuatro especialistas en el tema que en la última década han estado a cargo de una misión decisiva para nuestro estado: la procuración de justicia.
Veremos qué pasa.