Mientras en otras ciudades del país, como Monterrey y San Pedro, en Nuevo León, comienzan su retiro con base en que son un foco de contaminación visual y cumpliendo, además, con el derecho a la movilidad, el Ayuntamiento morenista de Tampico aprobó la instalación de 20 “Mupis” en diferentes puntos de la ciudad.
Acrónimo francés que significa "Mobilier Urbain pour l'información", que en español se traduce como "Mobiliario urbano para la información", el punto 4 de la orden del día de la sesión de Cabildo contempló la celebración del convenio con la persona moral E 360 Comunicación Estratégica S.A. de C.V. con respecto al diseño, fabricación, suministro, instalación, mantenimiento y aprovechamiento publicitario de 20 “Mupis” digitales (pantalla LED) sin costo para el municipio por un periodo de 10 años.
La decisión de la administración porteña parece ignorar las tendencias globales de urbanismo que priorizan la calidad de vida de los ciudadanos.
Mientras municipios que buscan ir a la vanguardia trabajan en liberar el espacio público del exceso de publicidad para mejorar la estética y la experiencia peatonal, Tampico apuesta por sembrar sus calles con pantallas LED, transformando esquinas y sitios clave con alto valor económico y político en meros escaparates comerciales.
El regidor panista, Mon Marón votó en contra de la concesión por 10 años otorgada a la empresa E 360 Comunicación Estratégica S.A. de C.V., “No estamos de acuerdo en que nuevas compañías de comunicación se apropien del espacio público con contratos tan largos, sin un beneficio claro para la ciudadanía”.
Este tipo de anuncios puede prestarse a un uso político en el futuro, favoreciendo a quienes gobiernen la ciudad en turno, agregó.
La justificación de “sin costo para el municipio” ignora el valor real del espacio público; cede un bien colectivo a la explotación privada durante una década a cambio de una promesa de mantenimiento.
El contraste es brutal: una ciudad que presume de transformación, modernidad y su vocación turística decide dar un paso atrás, priorizando el negocio de unos pocos por encima del derecho de todos a un entorno visualmente limpio.
¿Qué clase de modernidad se busca cuando se sacrifica el bienestar del espacio compartido por una ganancia publicitaria?.