Desde el año 2017 en el CCI nos dimos a la tarea de visualizar con estadísticas un problema que hasta aquel entonces era un tabú en la sociedad lagunera; el suicidio.
Hace 10 años se registraron en la ZML 58 personas que atentaron contra su vida, para el 2024 cerramos con 118 suicidios… técnicamente el doble, en Torreón se registraron 59, en Gómez Palacio 42, Matamoros cerró con 11 y Lerdo con 6.
Un dato que sigue siendo preocupante es que 8 de cada 10 personas que se suicidaron fueron hombres, el 60% jóvenes de entre 20 y 39, por lo que estas cifras nos permiten identificar posibles líneas de acción para contener este problema de salud pública que afecta no solamente a la persona que tiene una ideación suicida, sino a todo su círculo cercano.
En las últimas semanas hemos sido testigos de algunos eventos mediáticos de personas que intentaron quitarse la vida, el problema ha llegado a tal gravedad que en promedio cada semana 2 personas se quitan la vida en nuestra ciudad y aunque hoy las autoridades hablan del tema y se unen a las campañas de concientización… lo cierto es que aún queda muchísimo trabajo por hacer.
Urge que se canalicen más recursos para la atención de la salud mental, ya que, de acuerdo a los datos de la SS, en la Laguna contamos únicamente con 74 Psicólogos en el sector salud para 1 millón 375 mil habitantes, y más preocupante aún es que se tienen solo 12 Psiquiatras, por lo que sacar una cita para una sesión de terapia puede tardar semanas y una consulta médica especializada puede tardar meses.
Las redes sociales han permitido que cada vez más personas tomen conciencia del problema, se sientan identificados con personas que mediante su testimonio pueden motivarlos a seguir adelante, que más padres comprendan con que no basta un “échale ganas” y rompan con el histórico tabú de que los psicólogos son “únicamente para los locos”.
Hoy asociaciones como el Centro de Integración Juvenil, Jóvenes Líderes, X Salud Mental y diversas Universidades Laguneras promueven campañas que permiten a miles de jóvenes sentirse escuchados en medio de su adversidad durante los 365 días del año… y nos enseñan que no bastan solamente los discursos y las campañas publicitaras limitadas al mes de septiembre, que debemos luchar todos los días para contener este problema que el día de mañana puede alcanzar a nuestros seres queridos.
