Empecemos por decir que en inglés la palabra jeans suena —aunque no se escribe— exactamente igual que la palabra ‘genes’. No es una gran novedad. “It’s in my jeans” (está en mis genes/jeans) era una especie de álbur adolescente que, al menos mi generación, usó y abusó en Estados Unidos por años.
Ver a la actriz de Euphoria en un anuncio de American Eagle haciendo el juego de palabras no parecía gran cosa y mucho menos un escándalo. Pero lo es.
La actriz es muy rubia y de ojos azules, así que tenerla en un anuncio hablando de cómo los jeans/genes se heredan de padres a hijos y de cómo sus jeans son azules ha resultado problemático para algunos. Sobre todo cuando llega el remate del comercial diciendo: “Sydney Sweeney has great jeans” (tiene jeans/genes grandiosos). Y puedo entender por qué, en particular en un ambiente político donde pareciera que llegó el fin de todo lo que huela a inclusión y diversidad. Me pregunto: ¿de verdad está la cosa tan mal como para ver “propaganda nazi” en esto?
Viendo las respuestas que hablan de temas como la eugenesia —esa pseudociencia que sí era racista y pretendía “mejorar la especie” a través de la “reproducción controlada”— no sé bien qué sentir. Los jeans son azules, los genes de Sydney le dieron ojos azules; el juego de palabras es fácil.
La intención: vender jeans. Porque aunque muchos aseguran que se trata de una campaña con intenciones políticas y racistas, yo lo que veo es un intento efectivo de crear controversia y, por ende, atención a la marca, lo que sí está pasando.
Mientras tanto, muy pocos están hablando de que estos jeans en particular son parte de un proyecto de apoyo contra el “abuso doméstico”, y mucho menos importante, pero curioso, sobre el hecho de que nos están diciendo que “está bien otra vez usar mezclilla en el pantalón y en la chamarra al mismo tiempo”. Eso sí parecía un tema superado.