El 2021 arrancó con la entrega de equipamiento a 34 municipios de los 46 que cumplieron con los acuerdos del Consejo Estatal de Seguridad. Fue el tercer año de la aportación estatal anual de 200 millones de pesos destinados a fortalecer equipamiento y capacitación de las policías locales, donde está la primera línea de batalla para construir la seguridad.
Vimos policías graduarse en León, Celaya, Irapuato y Salamanca, en un proceso de reconformación de sus corporaciones, tanto en habilidades como en capacidades, pero especialmente en la búsqueda de lograr instituciones sanas.
Se dio continuidad a las tareas de inteligencia para identificar, ubicar y detener a quienes pretendían posicionarse con un liderazgo en los grupos criminales, al grado que no hay liderazgos identificados mediáticamente y entre la ciudadanía. Quienes pretenden hacerlo, son lamentablemente criminales “de reemplazo” para sus organizaciones, tanto locales como originadas en otros estados, que salen de circulación porque son encarcelados o asesinados por grupos antagónicos.
Tuvimos elecciones de alcaldías y diputaciones sin incidentes; sin la presión de la delincuencia para bloquear el voto o llevando gente a las urnas: la ciudadanía ejerció su derecho a elegir.
Se amplió la participación de municipios en el programa de prevención de adicciones “Planet Youth Guanajuato”, como parte de las soluciones integrales en mediano y largo plazo para evitar el consumo de drogas y la violencia que genera el narcomenudeo.
Se dio continuidad a consejos ciudadanos, así como a mesas de seguridad, como vía de participación corresponsable entre sociedad y autoridades. Celaya es hoy ejemplo nacional de cómo una relación “complicada” y de reclamos, pasó a ser una mesa de entendimientos, reflexión y esfuerzo mutuo.
Se graduó la primera generación de los planteles León e Irapuato del Bachillerato Bivalente Militarizado Primer Ligero, que dejó un buen sabor de boca a padres y madres de familia, así como a estudiantes que tienen pase directo a las Fuerzas de Seguridad Pública de Guanajuato, que a su vez, son la policía mejor pagada de México. En tanto, las policías municipales también tienen sueldos por encima de los promedios nacionales, como una vía para lograr la dignificación policial.
El INEGI difundió su encuesta de victimización, con una disminución del 42.8% en la incidencia delictiva, así como un 44% menos en el costo del delito, de acuerdo a la encuesta ciudadana.
Las cifras concuerdan con los números que la Fiscalía local pone a disposición del Secretariado Ejecutivo Nacional: por incidencia delictiva total, Guanajuato pasó de la octava posición a la décima, hay una tendencia a la baja en homicidios dolosos, con 18% menos carpetas de investigación al mes de noviembre, disminuyendo tres posiciones en la tabla nacional por cada cien mil habitantes. En la mayoría de los delitos el estado se ubica por debajo de la media nacional. El aumento del narcomenudeo y la extorsión, es una buena señal de autoridades deteniendo y poniendo a disposición personas por posesión de drogas y una ciudadanía que confía para denunciar la extorsión, que comúnmente se vive en silencio.
Todo ello no “ocurre” porque “los cárteles se reacomodaron”, como sugieren quienes desean minimizar la acción de la autoridad. SE LOGRA porque derivado de la coordinación de autoridades, en este caso de orden estatal y federal, en 2021 se detuvieron a más de dos mil personas, se aseguraron más de dos millones 500 mil dosis de distintas drogas, se aseguraron más de mil armas y más de siete millones de cartuchos.
Falta mucho por hacer y sin duda ocurrirán eventos que lo pongan en entredicho, pero es posible darle la vuelta a la página de la violencia.
El reto es la constancia y la decidida acción de la autoridad.
Sophia Huett