Los priistas en su XXIII Asamblea Nacional acordaron que serán un partido socialdemócrata; abjuraron del neoliberalismo y de la corrupción de los gobiernos priistas anteriores.
No sorprende que el PRI, en una más de sus metamorfosis miméticas, pretenda obtener el favor popular y del Presidente ostentándose socialdemócrata y apóstata de su pasado.
Sin embargo, esas declaraciones son oportunas para abordar, sintéticamente, los diversos sistemas socialistas: utópico, marxista o científico, real o de Estado, y la socialdemocracia.
Lo que haré en este y los próximos artículos.
Saint-Simon, Owen y Fourier elaboraron sus teorías socialistas, antes de Marx que las calificó como utópicas, porque su base, según Marx, no eran las leyes sociales, sino consideraciones sobre la bondad y la conveniencia de la sociedad socialista.
Claude-Henri de Saint-Simon (1760-1825) nos permite una visión panorámica del socialismo utópico.
De origen noble, discípulo de D´Alembert, voluntario en la independencia de los EUA y, durante la Revolución Francesa, renunció a su título de conde.
Defendió la tesis del progreso histórico para explicar que cada sistema social constituye un paso adelante y en cada caso hay un desplazamiento de la propiedad privada.
A la esclavitud le siguió el feudalismo y a este el Estado burgués.
Sostuvo que en el orden social del porvenir la función primordial pertenecería a la ciencia; a la industria organizada y planificada; a los sabios y a los industriales y, entre estos, a los obreros, fabricantes, mercaderes y banqueros.
Y mantuvo la existencia de la propiedad privada y las clases sociales.
Edificó un socialismo utópico sobre el principio de la reconciliación de las clases sociales.
Su preocupación primera fue la liberación de la clase obrera, la supresión de la miseria y la elevación material y cultural.
En eso veía el advenimiento del nuevo y verdadero cristianismo.
