Concluyo la serie de artículos sobre las doctrinas sociales con esta sinopsis; y planteando la urgencia de encontrar una vía que resuelva la situación actual.
El capitalismo es el régimen que sustituyó al feudalismo. Alcanzó su desarrollo en el siglo XVIII en Inglaterra, durante la Revolución Industrial.
Sus bases son: reducir la función del Estado a dejar hacer y dejar pasar; la propiedad privada; y la libertad absoluta de la economía, el mercado y las relaciones laborales. Sus resultados: explotación y hambre de las clases oprimidas
Marx y Engels concibieron el comunismo para emancipar de la explotación capitalista a los proletarios del mundo.
Sus bases son: la lucha del proletariado contra el capitalismo; el Estado planificador, director y supervisor de la economía y la vida en sociedad.
Sus resultados han sido: dictadura de las élites (nomenklatura); imposición del régimen socialista a través del genocidio, el encarcelamiento y la represión; desastre económico y abolición de las libertades cívicas.
Para resolver, los graves daños que ocasionan los extremos del capitalismo y el comunismo, la social democracia planteó una vía intermedia, un equilibrio entre la intervención del Estado y la libertad.
Su base es el Estado de bienestar que asume la responsabilidad de la seguridad social para que todos tengan cubiertas las necesidades de casa, alimentación, educación y salud. Respeta la propiedad privada y las libertades individuales.
Su problema es la dificultad económica para sostener ese sistema; por lo que sólo ha arraigado en Estados con alto grado de educación y productividad.
Ahora, ante el debate y el fracaso de gobiernos neoliberales, socialistas y populistas de derecha e izquierda, urge un sistema humanista que conjugue la participación equilibrada del Estado benefactor con empresas socialmente responsables ante sus trabajadores y la comunidad y una sociedad informada, cumplida y proactiva.
