París. Eutopia es el lanzamiento del grupo Massive Attack en julio, en el contexto del confinamiento sanitario reciente en Bristol, Inglaterra. Consta de tres videos disponibles en cuatro idiomas, español incluido, accesibles en YouTube. En ellos, artistas y tres reconocidos intelectuales colaboran a distancia para realizar una versión muy particular del legendario libro Utopía de Tomás Moro, publicado en 1516. Así, la pandemia se convertirá en un giro civilizatorio. El llamado reciente en la Conferencia de las Naciones Unidas a diseñar una nueva mundialización confirma la pertinencia de este supuesto. Eutopia es así un producto fiel a su permanente inspiración: el futuro.
En 2018, para festejar los 20 años de su legendario álbum Mezzanine, la banda ordenó codificarlo en secuencias artificiales de ADN que después fueron encapsuladas en microscópicas cuentas de vidrio para finalmente ser convertidas en tinta de aerosol negro mate. Si la idea de almacenar información así data de 1965, fue en 2012 que se dieron los primeros logros y hoy es posible guardar hasta 500 billones de gigas en un gramo de ese ácido, pero artificial. Aunque la tecnología es aún de difícil acceso, Mezzanine se convirtió en el primer álbum en utilizarla y, mejor aún, la dispuso en una tinta de aerosol, herramienta esencial del graffiti, expresión en torno a la cual tiene origen Massive Attack. Cada uno de esos aerosoles contiene un millón de copias del disco y en una hipótesis futurista, el álbum podría ser escuchado por futuros arqueólogos si tuvieran la curiosidad de revisar microscópicamente la tinta, como nosotros hacemos al indagar sobre los pigmentos de sociedades antiguas.
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Para quien conoce a Massive Attack, sabe lo absurdo que resulta definir su propuesta como “música”, “ritmo”, “canciones”. “Propuesta audiovisual” sería muy triste. Por sobre todo, su creación está cargada de ética y de futuro. A principios de la década pasada, presentaciones como la del Festival Melt en Alemania culminaban con las palabras "beyond petroleum" ("más allá del petróleo") inscritas en un tablero gigante de luces, pero el mensaje era en realidad una interrogante. Massive Attack es desde entonces uno de los actores más dinámicos del movimiento europeo por frenar el cambio climático.
Eutopia será una joya para nuestros futuros arqueólogos en caso de que la pandemia fuera en realidad un viraje civilizatorio. En uno de sus videos –todos disponibles en YouTube– Guy Standing, profesor de la Universidad Soas del Reino Unido, explica la propuesta en la que ha trabajado los últimos 20 años: establecer un ingreso básico universal a cada habitante. Según él, eso daría continuidad al liberalismo y ayudaría a resolver el problema de la inseguridad. Aunque esta propuesta no puede ser aislada de un contexto educativo de excelencia, en los últimos años se desarrollan pequeños experimentos en lugares tan diferentes como África o Finlandia. Hace una semana la ciudad de Leeds envió una petición al gobierno central para poner en práctica el modelo.
En otra propuesta de Eutopia, Gabriel Zucman, economista y profesor de la Universidad de Berkeley, en California, llama a acabar con los paraísos fiscales para así devolver la economía real a los países y utilizar estos recursos para mejorar las condiciones generales de la sociedad. Acabar con estos paraísos, dice, no requiere acuerdos globales, ya que países como Dinamarca, Francia y Polonia ya han establecido leyes que prohíben el rescate de empresas inscritas en algún paraíso fiscal, hecho que vuelve inútiles su existencia.
La colaboración de la costarricence Cristiana Figueres es tal vez la más impactante de Eutopia. Esta exfuncionaria de alto nivel de la ONU ha sido la encargada de los acuerdos internacionales en torno al cambio climático. Esboza una perspectiva civilizatoria total en un audio hecho exprofeso para este disco en el contexto de la pandemia. En ella, la crisis sanitaria actual agravará las crisis anteriores que ya conocían sus límites: la climática, la energética y la de desigualdad social. Las democracias y el estado de bienestar estarán en riesgo de perecer o bien, gracias a un compromiso inmediato y colectivo, de salir fortalecidas de esta pandemia. Si el agotamiento de las energías fósiles llamaban a un viraje civilizatorio, ya que la base del desarrollo y crecimiento de los países no puede estar basada en ellas, el cambio climático exigirá un cambio general, en el que los gobiernos sean el actor en torno al cual empresas, inversionistas y ciudadanos trabajen en una gran transición.
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El álbum Eutopia es un reflejo de la perspectiva civilizatoria que adquiere cada vez más importancia en el activismo europeo reciente. El movimiento contra el cambio climático promovido por la adolescente noruega Greta Thunberg el año pasado significó la incursión al activismo de cientos de niños de educación básica, que realizaron huelgas en sus escuelas para exigir a los gobiernos asegurar la estabilidad ambiental para ellos y las futuras generaciones. Este movimiento, posible gracias al nivel educativo y socio-económico de sus países, se vio legitimado por su amplia cobertura mediática y por el espacio que se concedió a la jovencita en foros, parlamentos y en Naciones Unidas. Un contexto diferente al que se vivía en 1990 cuando la canadiense de 10 años Severn Cullis-Suzuki fundó la Organización Infantil del Medio Ambiente y, más aún, dos años después, cuando ofreció un discurso en la Conferencia de Río sobre el Medio Ambiente de 1992. En un escenario donde la estabilidad climática y de recursos naturales se convertirían en una prioridad global inaplazable, la diplomacia podría prepararse para girar en torno de estos temas. Eutopia señala a la actual pandemia como un parteaguas en ese contexto.
VIRAJES EUROPEOS
Si la Utopía de Tomás Moro, publicada en 1516, respondía al furor provocado por el descubrimiento del Nuevo Mundo, el álbum Eutopia de Massive Attack responde al ambiente de inquietud, pero también progresista, que se ha desarrollado en torno al cambio climático en una parte de la sociedad europea actual. Es una invitación a conocer el ambiente cultural que lo rodea.
Si para algunas comunidades rurales la constelaciónque nosotros conocemos como Orión refleja más bien una gran manta como la que usan en esos pueblos para mantear (balancear) a sus niños, así Bristol, en Inglaterra, es la comunidad que ha visto nacer, o alrededor de la cual han orbitado, un buen número de propuestas decisivas en la evolución de la música del siglo XXI: Massive Attack, Tricky, Portishead y Roni Size, por mencionar solo algunas. Colindante con el Mar Atlántico, Bristol fue una ciudad de primera importancia en el siglo XVII y llegó a ser la segunda ciudad más poblada de Inglaterra. Hoy es la octava con una población de 463 mil habitantes. A semejanza de otros grandes puertos que sufrieron el declive en el último siglo, como Liverpool, Marsella y Génova, Bristol se convirtió en una escena cultural influyente gracias a una cultura popular forjada en un marcado ambiente multicultural.
Además, a su alrededor gravitan sucesos políticos y proyectos vanguardistas de interés internacional. Hace unos meses, como parte de las protestas del movimiento Black Lives Matters, vimos rodar por sus calles la estatua de un esclavista del siglo XVII, que terminó sumergida en las aguas del río que atraviesa la ciudad. Por el lado ecologista, en Stroud, pequeña ciudad al norte de Bristol, se desarrolla la compañía Ecotricity, que además de ser la primera gran empresa de electricidad limpia que cuenta con un registro en la Sociedad Vegana, es propietaria de un equipo de futbol cuyos jugadores son igualmente veganos y cuya operación es libre de emisiones de carbono: el Green Forest Roovers (que disputa el balón, hasta el momento, en la segunda división inglesa).
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De manera global, hace casi un siglo la escena política se componía prácticamente de ideologías y en las últimas décadas, al finalizar la guerra fría, el problema étnico y religioso redefinió la geopolítica. Hoy, las fuerzas naturales parecen imponer de nuevo una reflexión civilizatoria global. Antiguamente, la forma de los sistemas socio-políticos respondieron a un contexto de calamidades y ciclos naturales, y hoy, frente a la pandemia, algunos intelectuales se inquietan por la posibilidad de que ésta eche por tierra los avances humanistas de nuestra era. Sin embargo, uno de los factores más importantes que ha traído es poner en evidencia el debilitamiento de los sectores estratégicos de sus territorios y, con ello, la urgencia de solucionar ese problema. Entre estos sectores estratégicos, la salud de la población recuperó su importancia. La pandemia significará un retorno a la noción política del territorio y a la reafirmación de los valores de cada Estado.
Los países líderes europeos, por ejemplo, lograron desplazar parcialmente el paradigma clásico para salir de una crisis. El plan de relanzamiento económico de la Unión Europea cambió el tipo de condiciones exigidas a los países miembros para acceder a las subvenciones y a los “bonos Covid”: Continuar con los proyectos de reconversión energética y mantener la defensa de los derechos humanos. En Francia, su presidente expresó desde el anuncio del confinamiento, que a la luz de la pandemia era claro que dejar en manos privadas la seguridad social y la soberanía alimentaria es una locura. Él mismo planteó unos meses más tarde el lanzamiento de un esquema a tres años para hacer regresar a territorio nacional a las farmacéuticas de capital nacional. Ante un contexto geopolítico obligado a transformarse, Emmanuel Macron propuso eliminar la deuda a los países africanos, derivado de lo cual hasta ahora el G20 acordó aceptar la moratoria del pago de deuda a 76 de los países más pobres del mundo.
México, a pesar de la dificultad que supone salir de un proceso de colonización de tres siglos, ha logrado integrarse a los sucesivos procesos de modernización impuestos por el contexto global a lo largo de la historia. Hoy, no solo Eutopia evoca el necesario cambio de paradigma y en la conferencia reciente de Naciones Unidas, realizada de manera virtual, se mencionó la necesidad de pasar a una nueva etapa de la mundialización. Es evidente que en un nuevo proceso de modernización, la renovación política ocasionada por el cambio climático ocupará un lugar importante.
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“Eutopía” no es una palabra reconocida en los diccionarios de la lengua inglesa a pesar de que existe desde hace siglos entre sus hablantes. “Eutopía” resulta de la pronunciación corriente que los ingleses daban a la palabra “utopía” y con ese simple cambio fonético han dado origen a otra voz. “Utopía” significa de acuerdo con su etimología griega “lugar que no existe”, donde “U” significa "no" y “Topos”es "lugar". Eutopía, en cambio, significa simplemente “lugar feliz”, ya que “eu” significa en griego “bueno”. Moro estaba al tanto de esta diferencia de significados en un poema que le es atribuido y que figuraba al principio de su obra, se refería directamente a "Eutopía", y es así que Massive Attack nombra su último lanzamiento. Pesimista y alarmista, o urgente y optimista, Eutopia es un llamado a establecer ya una comunidad planetaria estable.
El álbum está disponible en YouTube, con versiones en cuatro idiomas, incluido el español. Las citas finales de Moro están traducidas en las cajas de información de cada video.
* Maestra en Geografía Cultural por la Universidad de La Sorbona