En su manifestación frente al INE el pasado domingo de la autollamada marea rosa para expresar sus argumentos ante la autoridad electoral para que según ellos no haya una sobrerrepresentación de morena y sus aliados en la designación de diputados plurinominales, realmente fue una auto medición de ese movimiento que se demostró ya que es de unos cuantos, el pretexto era su inconformidad a algo que aún no sucede y que a prejuicio de ellos se va a concretar inicialmente en esa autoridad electoral, sin embargo.
Los dirigentes son el extinto PRD, quienes pretenden hacer creer a la opinión pública que hay todo un caudal de organizaciones y colectivos de la sociedad civil quienes los ungen como los dirigentes de un movimiento que al calor de la campaña surgió dentro de una narrativa de ganar la elección con autoengaños de proyecciones fantasiosas que después del resultado electoral se refutaron entre dirigentes y partidos sus negativos y culpas de la estrepitosa derrota electoral.
La triste manifestación del domingo fue la culminación de la marea rosa, fue el pretexto la reclamación al INE pero realmente quienes se asumen como sus dirigentes quisieron medir su capacidad de convocatoria para saber de qué tamaño es el desafío es salió peor de lo que habían previsto, un abandono absoluto de los partidos políticos, la presencia de actores políticos como la ex candidata presidencial de ese bloque, pero más notoria la ausencia de quienes se han expresado en apoyo a ese mermado movimiento pero realmente sin acompañamiento firme.
La temática de su evento originalmente era ese reclamo al inminente reparto de plurinominales, pero le dieron tiempo a la elección de Venezuela y al calor del micrófono sus pronunciamientos subieron de tono para insultar al presidente saliente y a la presidenta electa, siguen con su discurso que México será la Venezuela y una dictadura férrea encaminada al comunismo catastrófico, siguen con su discurso de odio sin entender que eso fue lo que los llevó a su actual estatus político y electoral de un cuasi auto exterminio, lo que arrojan en sus expresiones son insultos y calumnias todo alejado de un debate político serio.
Su concepción y forma de hacer política es y ha sido la marrullería, desde la derrota de 2018 la oposición no se supo comportar como oposición, no digerían su nueva realidad, gradualmente se fue achicando en cada elección local hasta que era abrumadora la nueva configuración política en el país; ahora carente de liderazgos y de propuestas, con un historial de desprestigio acumulado se encuentra en una situación política y electoralmente deplorable sin posibilidad de que a corto y mediano plazo se pueda recuperar y adquirir competitividad.
Esto sin duda lo ven como la gran oportunidad lo que se asumen como dueños de la casi extinta marea rosa que hoy se llevaron su gran desilusión por la pulverización de ese movimiento, pero asumen que pueden emerger engañando ciudadanos despistados y alguno que otro fanático que puede surgir una nueva alternativa política con los viejos genes del PRD, apostándole a sablear empresarios inconformes vendiéndoles fantasías aunque en el fondo los delata su historia en la política de vivir de prerrogativas y plurinominales.